La política migratoria en México debe transitar de una visión de seguridad nacional a una defensora del aspecto humano y de los derechos humanos, para lo que es indispensable modificar los marcos legales y normativos, de acuerdo con Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria.

Las organizaciones que conforman el grupo indicaron que las caravanas centroamericanas que ingresaron a territorio nacional desde el mes de octubre han evidenciado la necesidad de crear una política a escala federal que articule acciones coordinadas con instancias locales en los distintos estados, que brinden la atención y servicios necesarios a la población migrante.

Desde la sociedad civil, abundó el GTPM, han identificado y documentado graves violaciones a los derechos humanos como resultado de una política de Estado que criminaliza a las personas migrantes y a los defensores que las acompañan.

Denunciamos la detención ilegal de niñas, niños y adolescentes en estaciones migratorias en contra del interés superior de la infancia, así como que la deportación sea la vía más utilizada para resolver los casos de personas migrantes en condición irregular que han sido detenidas, sin respetar los criterios de necesidad, proporcionalidad y excepcionalidad que indica la ley y sin considerar que las causas estructurales que empujaron a las personas a salir de su país no han cambiado positivamente, expresó el grupo de trabajo en un pronunciamiento.

En el contexto del Día Internacional del Migrante, el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), António Vitorino, expresó que la dignidad es un aspecto esencial de nuestra labor. Ofrecer un trato digno a todos los migrantes es un requisito primordial que hemos de anteponer a cualquier emprendimiento en el ámbito de la migración, ya que nuestro futuro depende de ello, pero también nuestro presente.

En un mensaje difundido por este brazo de la Organización de las Naciones Unidas, António Vitorino expresó que la migración promueve la dignidad, porque brinda a las personas la posibilidad de elegir, ya sea de ponerse a salvo, protegerse, educarse o liberarse.

Permite a millones de personas elegir la participación y no el aislamiento, la acción y no la inactividad, la esperanza y no el miedo y la prosperidad y no la pobreza, indicó el funcionario internacional.

Así, agregó, es necesario dignificar esas elecciones mediante el respeto el cual se otorga al tratar con dignidad a quienes toman esas decisiones. En paralelo, abundó, es necesario respetar y escuchar a quienes temen los cambios que conlleva la migración, ya que sus temores –justificados o no– son genuinos y merecen ser atendidos con dignidad.

A menos que aseguremos a todos los ciudadanos que sus elecciones también se respetan, corremos el riesgo de perder una verdadera oportunidad de progreso. La migración consagra las decisiones que tomamos juntos, ya sea entablando relaciones comunitarias o no con nuestros nuevos vecinos (o nuevos vecinos potenciales), dijo António Vitorino.