o es que Alain Derbez haya vuelto a las andadas, sencillamente nunca deja de andar; y luego sus pasos son tales que saltan y resaltan entre el enorme cúmulo de sucesos y andanzas de nuestro jazz en estos tiempos tan ciertos.

El maestro acaba de presentar el libro Pluma en mano: entre blues y jazz (Turner, 2018), el cual se puede dividir claramente en dos partes, pues la mitad de este nuevo volumen es la redición integra de Hasta donde nos dé el tiempo (Crea, 1987), libro donde Derbez nos entregaba sus visiones y expresiones y pasiones de melómano y periodista.

Treintaiún años después, y gracias a que el tiempo le ha dado para esto y para más, Derbez añade otro buen tanto de notas, crónicas, reseñas y entrevistas publicadas en diferentes espacios y da vida a este volumen, que sin más, resulta imprescindible para todo aquel que quiera echar un nuevo vistazo al ir y venir y sentir musical en el país.

Entre los nuevos textos incluidos, nos llamó particularmente la atención el dedicado a Charlie Haden, donde se comenta la visita de esta leyenda del jazz a nuestro país para presentar el disco Nocturne. En su momento, yo también reseñé este disco (La Jornada, 14/2/04) y sin más afirmé que era bastante malito. No faltó quien se sorprendiera (y cuasiescandalizara) de que alguien pudiera decir eso del genio Haden, aunque otros tantos, sin dejar de sorprenderse por la reseña, me daban la razón.

Le comentamos a Alain:

–Apuntas aquí que Charlie Haden pudo haber dado más en su disco de Nocturne.

–Sí, el de Nocturno y el de La Tierra bajo el Sol. Digamos que estuvo padre, pero cuando le pregunté por qué no, habiendo tan buenos músicos mexicanos que hubieran funcionado muy bien, me dijo: Sí, pero no los conozco. Y es lo que pasaba mucho; él conocía a Antonio Sánchez, pero no conocía más, lo cual es terrible.

–Yo pienso que Nocturne es un mal disco, lo haya hecho quien lo haya hecho.

–Es un disco que resultó ni chicha ni limonada, aunque cumplió su propósito en ese momento para hacer notar en el mundo que en México existía esa música. En los años 40 o 50 hubo cierta presencia, algunos boleristas mexicanos en Estados Unidos, pienso en María Grever, pero ya se había olvidado. El hecho de que lo volviera a sacar Haden revivió a Agustín Lara y a Consuelo Velázquez y a… en fin; revive a esa gente, pero no revive a los músicos, no le da presencia a los músicos que lo saben hacer muy bien.

–La pregunta sería si no se puede decir que una leyenda de esos niveles, de una altura como la de Haden, tiene un disco chafa, que hace un mal disco. ¿Por qué no decirlo directamente?

–Sí, es un disco que pudo haber sido mucho mejor, desde luego. Pero el disco está bien hecho, está bien interpretado, aunque es un disco que finalmente pudo haber dicho más de lo que dijo.

–Pero tú y yo sabemos que una cosa es decir que pudo haber dado más y otra que es un mal disco.

–Yo no creo que sea un mal disco, creo que es un disco que escuchas y no te deja demasiado, más que las ganas de que hubiera pasado otra cosa.

–Okey. Pasemos ahora al Feliz Navijazz, a esas 24 horas ininterrumpidas programando jazz nacional en Radio Educación.

–Lo vamos a hacer el 25 de diciembre, vamos a programarla desde la cero horas con un minuto del 25 a las 12 de la noche. Otra vez va a ser completa la programación de puro jazz mexicano, o jazz desde México. Cada vez hay más discos nuevos, pero al mismo tiempo estoy programando algo que por lo regular no se programa en ninguna estación de radio

–Creo que Feliz Navijazz es como un prietito en un arroz que necesita tener mucha más presencia, pero por lo pronto tiene al menos la continuidad, ya son muchos años haciéndola, ya perdí la cuenta.

–¿No te acuerdas cuándo fue el primer año que lo hiciste?

–Sí, lo que pasa es que después hubo una dirección que no le dio juego y entonces se perdieron unos años, pero ya tiene más de , seguro.

–¿Y van a poner nuevamente los módulos de venta de discos en el estacionamiento de Radio Educación?

–Es la idea, aunque ahora sólo será el sábado 22, de 10 de la mañana a dos de la tarde. Y la nave va. Salud.

amalacara@prodigy.net.mx