El plan integral para la reconstrucción de la Ciudad de México sigue sin garantizar que se tenga una vivienda con las condiciones previas al terremoto de septiembre de 2017 y tampoco elimina la posibilidad de convertir la tragedia en negocio inmobiliario por medio de la redensificación.

Integrantes del colectivo Damnificados Unidos, quienes pasaron su segunda Nochebuena en la calle, alertaron sobre el riesgo de que dicho proceso abra la puerta a la gentrificación y sean despojados o desplazados de su hogar.

Con la redensificación y las demoliciones apresuradas sin justificación se están liberando espacios y nos exponen al riesgo de ser despojados del territorio donde tenemos arraigo, para convertirnos de damnificados en desplazados, advirtieron.

A 15 meses de perder su hogar, los damnificados del multifamiliar Tlalpan, integrantes del colectivo, consideraron que dicho plan se promueve con el argumento de que las personas recuperarán sus hogares de manera gratuita, pero no les dicen que tendrá un menor espacio para vivir.

Los interesados además incurrirán en deudas, pues la comercialización de los departamentos extras no cubre la reconstrucción total de los inmuebles, y en algunos casos hasta perderán su patrimonio al no acreditar la propiedad, porque fue heredado, estaba intestado o en otra situación jurídica.

Una preocupación constante para quienes ya hemos logrado acceder a los fondos públicos ha sido tener que lidiar con el propio proceso de reconstrucción, pues el sector de la construcción es uno de los más propicios para la corrupción, por la facilidad para inventar o justificar gastos y pagar sobornos.

Ante ello, solicitaron a las autoridades capitalinas que dicho plan respete las dimensiones totales de su patrimonio, con cargo a fondos públicos, para lo cual es necesario destinar al menos 5 por ciento del presupuesto anual de la ciudad.

Reiteraron su rechazo a cualquier esquema de redensificación, mediante el cual las empresas inmobiliarias pueden construir de nuevo los edificios, pero con más departamentos, para venderlos a precios exorbitantes y con eso financiar la obra.

La organización pidió reconocer en el plan el acceso a la vivienda de predios unifamiliares, pues sólo considera hasta 350 mil pesos por vivienda en el caso de rehabilitación y de 65 metros cuadrados en el caso de reconstrucción, montos y dimensiones claramente insuficientes, cuando la mayoría tienen una extensión mayor, pues en ellas habitan cinco o más familias.

Confiaron en que está será la última Navidad que pasarán fuera de sus hogares.