Prevalece un vacío en la toma de decisiones en dependencias de la secretaría del ramo, sostienen personas contratadas por honorarios; movilizaciones de empleados del INBA
Miércoles 26 de diciembre de 2018, p. 2
La incertidumbre laboral predomina entre cientos de trabajadores del sector cultura contratados mediante el llamado capítulo 3000 (por honorarios) a pocos días de que fenezcan sus contratos laborales y ante la austeridad salarial propuesta por la nueva administración federal.
Para muchos su relación de trabajo con las dependencias de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México concluye el 31 de diciembre y desconocen si tendrán empleo desde el primero de enero, dijeron a La Jornada con la condición de mantener su nombre en el anonimato por temor a represalias.
Los trabajadores manifestaron su preocupación ante la ausencia en sus centros laborales de algún directivo que pueda informarles o resolver su situación. A la fecha prevalece un vacío en la toma de decisiones en distintas dependencias de esa secretaría luego de que no se han realizado ratificaciones o nuevos nombramientos en mandos superiores.
En algunas áreas también hay trabajadores por honorarios cuyos contratos ya terminaron y no fueron renovados, como los casos de seis personas que prestaban sus servicios en el departamento de prensa de la Dirección General de Publicaciones.
Ante tal panorama, algunos empleados –en particular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)– comenzaron a movilizarse en redes sociales y a participar en protestas públicas.
Una de las más recientes se efectuó el martes de la semana pasada al lado de creadores y artistas en una manifestación en el Palacio Legislativo de San Lázaro. En ese acto exigieron a los diputados no aprobar la iniciativa de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 en materia cultural.
En una reunión con el presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de esa cámara legislativa, Sergio Mayer, el pintor y restaurador Alí Villalba sostuvo, en representación de los trabajadores del capítulo 3000 del INBA, que ‘‘son cerca de mil” las personas que prestan sus servicios en esta instancia mediante esta modalidad, muchos de ellos con estudios de licenciatura, maestría y doctorado.
‘‘Tenemos una situación laboral precaria y, en este caso en particular, hace unos días tuvimos una reunión con el director de nuestro centro de trabajo, el cual nos hizo saber que las autoridades les solicitaron una reducción de 30 por ciento del personal. Es decir, si lo aplican de esa manera, de las mil personas que somos, 300 familias se quedarán a la deriva”, apuntó.
‘‘Ese es un dato francamente muy fuerte y doloroso para nosotros, sobre todo porque desde marzo hemos estado en reuniones con la anterior directora del INBA, Lidia Camacho, y su equipo, pero desgraciadamente no nos solucionaron nada.”
El artista informó que con la finalidad de resolver su problemática, estos trabajadores acudieron a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y han solicitado una reunión con la nueva titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto, pero no han recibido respuesta.
Destacó que la incertidumbre laboral es para ellos una constante siempre a finales de año desde hace por lo menos dos y media décadas, aunque ahora se ha recrudecido debido a la intención de redistribuir el presupuesto de la Secretaría de Cultura federal con miras a la ‘‘austeridad salarial” y la instrucción de la Secretaría de Hacienda de suspender contrataciones en las dependencias y entidades de la administración pública federal.
‘‘Buscamos la solución de este problema. El presidente Andrés Manuel López Obrador ya instruyó que a lo largo de este sexenio regularicen a personal de enfermería y doctores que lleva 20 años trabajando por honorarios. Nosotros quisiéramos lo mismo”, añadió.
‘‘La reducción de 30 por ciento que ya implementaron es un problema enorme, porque somos vulnerables; no tenemos ningún derecho y sí infinidad de obligaciones. Muchos de mis compañeros son subdirectores de museos.”
No confundir austeridad con precariedad
De acuerdo con Alí Villalba, en caso de haber un recorte de presupuesto los primeros afectados en términos laborales serían los trabajadores del capítulo 3000.
‘‘Y la pregunta es: ¿qué no la austeridad era de arriba para abajo?, ¿qué es lo que pasó? No confundan austeridad con precariedad. Entiendan que 30 por ciento de disminución de personal es mucho y muy grave”, enfatizó.
Como parte de las movilizaciones en redes sociales, el pasado sábado la Comisión de la Comunidad Artística y Cultural emitió un comunicado dirigido al presidente López Obrador y a Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, en el que no sólo se oponen a la reducción del presupuesto para cultura, sino que también exigen la regularización de la situación de los trabajadores del capítulo 3000 ‘‘bajo sus irrestrictos derechos laborales”.
Antes, el viernes 21, hicieron lo mismo trabajadores de la Coordinación Nacional de Artes Visuales, el Centro Nacional de Conservación, Registro de Obra Patrimonio Artístico Mueble, la Coordinación Nacional de Teatro y los museos del Palacio de Bellas Artes, Nacional de la Estampa, Nacional de San Carlos, de Arte Moderno y el Mural Diego Rivera.
En la misiva dirigida a Frausto y a la directora del INBA, Lucina Jiménez, los inconformes exigen garantizar ‘‘que no serán los capítulos 3000 los que paguen el nuevo recorte, ya que de ser así estarían pagando de nuevo los de abajo y no los de arriba, al contrario de lo que se sostiene en el discurso”.
Frente al desconocimiento de cuál será su futuro una vez que concluya su contrato, este último grupo de trabajadores adelantó que acudirá a laborar el primero de enero a sus centros de trabajo, museo, taller u oficina, ‘‘sin contrato ni directriz, dispuestos a defender una dignidad laboral que se busca pisotear constantemente”.