a semana pasada el diario New York Times (21/12/18) publicó un artículo que da cuenta de algunos de los avances que la administración encabezada por Andrés Manuel Lopez Obrador ha logrado en las escasas semanas al frente del país.

Se refiere a la nueva ley que establece aumento al salario de la burocracia de más bajos ingresos y la disminución de quienes reciben los más altos. Llama la atención la expansión de los programas sociales que benefician a los pobres y las clases marginales, como una preocupación central de AMLO desde hace más de 18 años, cuando inició su carrera para llegar a la primera magistratura.

Eventos llenos de simbolismo, como que la residencia oficial del Ejecutivo fue convertida en centro de cultura popular y la venta del avión presidencial, aunada a su intención de viajar en líneas aéreas comerciales, han sido gestos aplaudidos por los millones de electores que votaron por él.

El artículo alude a la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco a la que el mandatario se refirió como un proyecto de gran dispendio plagado de corrupción. En un sentido parecido es la referencia a la cancelación de la pensión vitalicia de los ex presidentes, que López Obrador subrayó como la contradicción de tener un pueblo pobre con gobierno rico. En el texto se comenta el aplauso de diversos analistas a la prudencia fiscal y a la sobriedad con la que fue recibido el proyecto de presupuesto enviado al Congreso.

Los autores SEÑALAn la preocupación de los críticos por algunas de sus promesas incumplidas. Una de ellas es la de regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles, creando una Guardia Nacional con el concurso del Ejército, cuya función será vigilar la seguridad en las calles. Las organizaciones defensoras de derechos humanos pusieron de relieve que ésta y otras promesas de campaña fueron hechas con el único fin de ganar votos.

Uno de los principales objetivos que a lo largo de su vida política ha preocupado al Presidente es la redistribución de la riqueza y, con ello, la disminución de la pobreza. Algunos de quienes lo han acompañado en ese objetivo están conscientes de que uno de los medios por excelencia para hacerlo es una reforma fiscal. Sería lamentable que lo olvidaran en estos momentos en que tienen el poder para hacerlo.