Muchos optan por residir en México
Lunes 31 de diciembre de 2018, p. 12
La gran cantidad de migrantes centroamericanos que aún buscan llegar a Estados Unidos, sumada a quienes solicitan refugio al gobierno de ese país y los que han sido deportados de ahí, enfrentan una situación legal incierta, pues no logran encontrar permanencia legítima y estable en ningún país.
Defensores de los derechos de migrantes advirtieron lo anterior. Lamentaron que ese país siga sin tener elementos para ofrecer ayuda a los indocumentados y, sobre todo, para verlos como una fuerza de trabajo que podría ser aprovechada.
Gabriela Hernández, coordinadora del albergue Casa Tochán –ubicado en Ciudad de México–, señaló que el endurecimiento de la política migratoria del presidente estadunidense, Donald Trump, ha provocado que el flujo de los trabajadores internacionales sin documentos sea más lento, y muchos opten por quedarse en México.
Al mismo tiempo, las filas de personas que quieren solicitar refugio en Estados Unidos son interminables
, lo cual está generando aglomeraciones en zonas fronterizas, con el riesgo de que el gobierno de México se pueda sentir presionado para aceptar convertirse en un tercer país seguro
para los migrantes, y de esa forma regularizar su estancia.
Es una situación difícil, y el problema debe verse desde el país de origen de los indocumentados. Es una crisis estructural, y si persisten las mismas condiciones económicas crecerá la necesidad de migrar, ya no tanto por la pobreza, sino por seguridad
, lamentó la activista.
El sacerdote Pedro Pantoja, fundador y asesor de la Casa del Migrante de Saltillo, destacó que en el norte del país confluyen grupos de centroamericanos, muchos en condiciones de extrema precariedad, con heridas físicas, mutilados, enfermos y vulnerables incluso a manifestaciones xenófobas.
Pese a ello, la gran mayoría de los indocumentados prefieren quedarse en México y solicitar visa humanitaria, antes que intentar el cruce hacia territorio estadunidense, lo cual se dificulta por la nula disposición de las autoridades de los estados fronterizos a darse cuenta de que la llegada de migrantes es un fenómeno internacional que no se va a detener, indicó el religioso.
Hay alternativas de inserción social y económica. Los migrantes deben verse como una fuerza de trabajo que puede traer prosperidad, innovación y desarrollo
, enfatizó.