Miércoles 20 de febrero de 2019, p. 8
Beirut. Su película Cafarnaúm compite por un Óscar, pero para la directora libanesa Nadine Labaki queda lo más difícil: aprovechar el entusiasmo que despertó su filme para lograr un cambio real en su país. Se trata de una epopeya social y realista que ofrece una imagen explosiva de la infancia maltratada, pero también del tormento de los marginados.
La película fue aclamada en Cannes, donde ganó el premio del jurado en 2018. Ahora, la cineasta espera ganar el Óscar a la mejor cinta extranjera para que las cosas se muevan en Líbano.
El debate ya está sobre la mesa, y era mi objetivo: crear este impacto, abrir el debate
, dijo Labaki.
Con 45 años, es la directora libanesa más reconocida internacionalmente en estos momentos. Y está decidida a darle buen uso a la fama. Siento que es un deber
, indicó.
Es lo que empezaremos a hacer muy pronto: mostrar la película al gobierno, organizar mesas redondas con jueces y abogados
, añadió.
Su tercer largometraje sigue los pasos de Zain, quien rompe con sus padres cuando deciden casar a su hermana Sahar, de 11 años. El niño huye y halla refugio con Rahil, una indocumentada etiope que le confiará a su bebé, Yonas, mientras trabaja. Hasta que un día la mujer desaparece.
Sobre refugiados e inmigrantes, el trabajo de Labaki aborda varios temas delicados en un país socavado por las desigualdades sociales.