Sábado 23 de febrero de 2019, p. 4
En la presentación de La fiesta y la rebelión, libro de Antonio Turok publicado por Ediciones Era, el poeta Eduardo Vázquez Martín hizo alusión a las guerras y tragedias que el fotógrafo ha cubierto, pidió al público tener cuidado porque ‘‘en este momento puede estallar una revuelta en la colonia Roma’’, donde se efectuó este acto.
Sugirió contar con ‘‘un seguro de vida cuando uno está al lado de Antonio, porque puede estallar una revolución”. ‘‘Brindemos por ello”, propusieron Turok y el también fotógrafo Eniac Martínez.
No obstante el dolor que pueden provocar muchas de las imágenes de Turok, la presentación fue antisolemne y jocosa. El fotógrafo explicó que el libro nació de una exposición montada en el Museo Archivo de la Fotografía a instancias de Vázquez Martín, cuando éste era titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Fue el mismo funcionario, –recientemente nombrado coordinador del Antiguo Colegio de San Ildefonso, quien insistió en esa publicación.
‘‘Tanto dolor, tanta tristeza, tanta confusión, ¿realmente lo necesitamos?”, preguntó Turok. De repente, añadió, ‘‘aparecieron de algún lado misterioso en mi cerebro 240 fotografías”. Recapacitó: ‘‘Con todos los demonios y monstruos que uno tiene en la cabeza, al final uno está convencido de que sí tiene sentido todo esto. Cuando veo las fotos me doy cuenta que son momentos los cuales ya no me pertenecen. Una vez que se publican ya no son mías, pertenecen a ustedes, el público.”
Se cuestionó: ‘‘¿Cómo es que estoy vivo, por qué estoy vivo. Para mí es el hecho de que pueda ir a la guerra y hacer las fotos que hice porque realmente estaba en un túnel del tiempo. Hacía las fotos antes de que sucedieran. Sólo así me explico a mí mismo.”
Eduardo Vázquez dijo que las tragedias siguen a Turok: el exterminio en Guatemala, la revolución sandinista, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la ‘‘revuelta” de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) y el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York, cuando estaba de paseo y sin cámara.
Para Vázquez Martín La fiesta y la rebelión es fundamental; ‘‘cuenta nuestras historias desde el punto de vista de Turok, quien es antidogmático, rebelde, festivo, y con un compromiso con la condición humana excepcional y de una conciencia de cómo en medio de la tragedia de la historia está ese ángel leve: la belleza; siempre la mira en medio del infierno y el horror”.