San Diego, Cal., Un martillo hidráulico convirtió ayer los prototipos del preciado muro fronterizo del presidente Donald Trump en pilas de escombros, en un final rápido a un experimento que en ocasiones se convirtió en un espectáculo.

Los cuatro paneles de acero y los cuatro de concreto ubicados cerca de la frontera entre San Diego, California, y Tijuana, México, se convirtieron rápidamente en poderosos símbolos relacionados con el presidente y una de sus máximas prioridades cuando fueron erigidos hace 16 meses.

Para los aliados de Trump, los prototipos eran muestra del compromiso del presidente con la seguridad fronteriza y el cumplimiento de una de sus promesas centrales de campaña. Para sus detractores, eran monumentos al dinero malgastado de los contribuyentes y una muestra equivocada de agresión hacia México y los inmigrantes que buscan un hogar en Estados Unidos.

Bastaron un par de horas

En cuestión de dos horas, un gran martillo hidráulico acoplado a una excavadora redujo a escombros los siete prototipos. Las losas de concreto colapsaron y provocaron nubes de polvo, los paneles de acero fueron derribados y un búho salió volando de un tubo de acero que estaba sobre un panel justo antes de que cayera.

El martillo hidráulico no pudo derribar inmediatamente un panel, y se esperaba que ese trabajo tomara todo un día.

Las autoridades estadunidenses dijeron que varios elementos de los prototipos ya se incorporaron a los diseños actuales, por lo que ya no eran necesarios.

El acceso público a los prototipos quedó bloqueado del lado de San Diego, convirtiendo a un vecindario empobrecido de Tijuana en un popular lugar de encuentro para periodistas, manifestantes y curiosos. Algunas personas se subían a montañas de basura junto a una reja fronteriza de poca altura, que ya fue remplazada, para poder tener una vista clara desde México.

Varios artistas exhibieron espectáculos de luces sobre los muros con mensajes como Refugiados, bienvenidos junto a una imagen de la Estatua de la Libertad.

En otro mensaje se mostraba una silueta saltando en un trampolín con la frase: Úselo en caso de muro. Los manifestantes estiraron el cuello para poder ver cuando Trump recorrió los prototipos hace 11 meses.

El retiro allana el camino para una segunda barrera de bolardos de acero con una placa metálica que se erige a 9.1 metros del suelo, el mismo diseño que se está utilizando en otras partes de la frontera.

La nueva barrera apenas se asemeja a algunos de los prototipos de acero, pero no a los de concreto sólido, los cuales fueron criticados porque los agentes no podrían ver lo que pasa al otro lado.