En la Comisión de Justicia del Senado comparecieron ayer las magistradas Yasmín Esquivel y Celia Maya, así como la académica Loretta Ortiz, quienes integran la terna propuesta por el Ejecutivo para sustituir a la ministra Margarita Luna Ramos.

Esquivel y Maya, al ser consultadas respecto a la Ley Federal de Remuneraciones y la reducción de los sueldos de ministros y jueces, coincidieron en que son la propia Corte y el Poder Judicial los que deben revisar sus salarios sin invasión de otro poder, pero sí deben ajustarse. Ortiz dijo que si se decide mantener los salarios actuales a los ministros, ella optaría por no rebasar el salario del Presidente de la República, y el resto lo donaría a una fundación.

La magistrada Esquivel fue la primera en comparecer, y ante los legisladores destacó: “he enfocado 35 años de mi vida al servicio profesional, y los últimos 20 años desde los órganos de impartición de justicia… soy una mujer que como millones de mexicanas, me he hecho por mí misma, con una historia propia. No soy la señora de..., o la esposa de...”, ello en relación con las críticas que se le hacen a su postulación por ser la esposa de José María Riobóo, empresario cercano y asesor del presidente Andrés Manuel López Obrador .

En la sesión de preguntas, el panista Damián Zepeda la cuestiona por su posible conflicto de intereses: Mi relación personal, me casé hace siete años. Yo ya tenía una vida consolidada. Esa es mi historia con él, nunca ha tenido un asunto en la Suprema Corte y si llegara a tenerlo, yo me excusaría de inmediato del conocimiento de ello.

También en las preguntas, precisó que fue ella misma quien solicitó al presidente López Obrador que la incluyera en la terna para ministro si consideraba que su trayectoria lo merecía, pero aclaró que al Ejecutivo sólo lo ha visto en dos ocasiones por no más de cinco minutos, en cada ocasión.

La magistrada Maya, segunda en comparecer, destacó que: en una ética republicana, y ante la insuficiencia de recursos púbicos se impone adelgazar el gasto de la Corte y del Poder Judicial, no sólo eliminando lo superfluo, sino con medidas más drásticas, disminuyendo su crecida planta de funcionarios y empleados.

Respecto al derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar, Maya señaló: tenemos que pensar en el menor, cómo lo vamos a afectar si van a tener papá y mamá del mismo sexo. Todavía es difícil.

Ante los senadores resaltó: no podemos ser herederos de épocas aciagas en que la Corte se asumía como una instancia legitimadora de la obra presidencial, como un espacio privilegiado que servía de asilo a los políticos descartados, un tribunal que ejercía el silen-cio pusilánime ante atrocidades de los crímenes y las iniquidades de los dictadores.

Ortiz fue la última en comparecer ante los senadores, y al ser cuestionada respecto a las adopciones por padres del mismo sexo, aseveró que hay que hacer un análisis casuístico, caso por caso, porque en materia de adopción juega un papel muy importante el niño.

Respecto a su independencia, ya que se criticó su cercanía al presidente López Obrador, respondió: “me voy a definir como una mujer de causas, me he preocupado por la protección de los derechos humanos, por el abu-so de menores… me pueden rascar y rascar y no me van a encontrar un solo acto deshonesto, yo he actuado con independencia”.

Las tres candidatas coincidieron en que la suspensión de recursos a las estancias infantiles es cuestionable porque es un derecho humano.