Washington. El número de migrantes detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos aumentó casi 31 por ciento en febrero, en comparación con el mes anterior, indicó este martes Kevin McAleenan, comisionado adjunto para asuntos públicos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

La cantidad de familias y niños no acompañados también aumentó casi dos tercios en el mismo periodo, con cruces a menudo en grandes grupos y entregas inmediatas a las autoridades para solicitar asilo, debilitando la eficacia de las tácticas del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para frenar el flujo migratorio.

Asimismo, un total de 76 mil 103 personas fueron detenidas en la frontera o después de cruzarla, un incremento considerable respecto del promedio de 61 mil de los tres meses anteriores; esto resultó sorprendente, puesto que generalmente se produce una desaceleración en el flujo migratorio en el mes más frío del año.

Esta cifra también fue más del doble que en febrero de 2018 y 3.2 veces mayor que en febrero de 2017, el primer mes completo después de que el presidente Trump asumió el cargo prometiendo acabar con la inmigración indocumentada.

A finales de enero, Washington lanzó una nueva política para enviar a Tijuana a los solicitantes de asilo, casi todos personas que huyen de la pobreza y la violencia principalmente en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, de regreso a México para que esperen ahí mientras se revisan sus casos, lo que puede llevar hasta dos años.

Mientras tanto, más de 70 grupos de más de 100 migrantes cruzaron la frontera en febrero y se entregaron a las autoridades.

Trump se refirió a estos migrantes para justificar el cierre del gobierno durante seis semanas en diciembre y enero, en medio de una disputa con el Congreso para conseguir los fondos para la construcción de más secciones del muro que pretende levantar en la frontera con México.

En este contexto, la agencia Ap reportó que el uso de armas de fuego por parte de los agentes de la CBP está en descenso, lo mismo que el empleo de la fuerza letal contra migrantes.

En el año fiscal de 2018 existieron 15 casos en los que las autoridades dispararon armas de fuego, lo que supone un descenso respecto del máximo de 55 registrado en el año fiscal de 2012; 17 en 2017 y 25 en 2018.

Pese a los casos recientes de gran repercusión en los que se empleó gas lacrimógeno contra migrantes, incluidos menores, el uso de la fuerza menos letal también se redujo a 898 episodios, lejos de los mil 168 casos de 2013.