Con 30 votos a favor –entre ellos los de los morenistas Juan Carlos Leal y Celia Alonso–, de un total de 42, el Congreso de Nuevo León aprobó una reforma al artículo primero de la Constitución estatal para penalizar con cárcel el aborto desde la fecundación.

La enmienda, que entrará en vigor en 15 o 20 días, garantiza el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte, por lo cual se castigará a quienes aborten y a aquellos que las auxilien.

Si se aplica al pie de la letra la nueva ley, el uso de píldora del día siguiente o de métodos anticonceptivos como el dispositivo intrauterino (DIU) podría declararse ilegal, advirtieron activistas.

El expediente 8744/73, que contiene la iniciativa de reforma, estuvo archivado desde el 21 de mayo de 2014, y fue presentado el lunes en comisiones por el panista Francisco Treviño y votado la tarde del miércoles.

Con el apoyo de los legisladores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Encuentro Social (PES) se aprobó la reforma. Ahora el artículo primero dice: El Estado reconoce, protege y tutela el derecho a la vida que todo ser humano tiene. Desde el momento de la concepción entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural, sin perjuicio de las excluyentes de responsabilidad previstas en el Código Penal.

Antes de la votación, grupos a favor y en contra del derecho al aborto se presentaron en el Congreso con mantas y pancartas. Alrededor de 50 jóvenes vestidas de verde, al estilo del movimiento surgido en Argentina, proclamaron la libertad de elección. También señalaron que la ley castigaría solamente a mujeres pobres, porque las que tienen recursos pueden viajar 200 kilómetros para abortar en Texas o 900 kilómetros para hacerlo en la Ciudad de México.

Otro grupo, de unas 30 personas vestidas de celeste, se manifestó a favor de las dos vidas y contra el asesinato de seres inocentes. En el Congreso hubo gritos, porras y reproches de ambos bandos.

Los legisladores solicitaron orden, pero al darse a conocer la votación, los 30 que aprobaron la propuesta festejaron. El dictamen tuvo ocho votos en contra y cuatro abstenciones.

Votaron en contra Luis Donaldo Colosio Riojas y Mariela Saldívar Villalobos, de Movimiento Ciudadano; Arturo B. de la Garza, Luis Armando Torres, Claudia Tapia y Ramiro González, de Morena; Ivonne Bustos Paredes, del Partido Verde Ecologista de México, así como María Dolores Leal Cantú, de Nueva Alianza.

Julia Espinosa de los Monteros, de Morena, y Marco González, del PRI, se abstuvieron, y Adrián de la Garza Tijerina, priísta, y Delfina de los Santos, de Morena, no estuvieron en la sesión.

Antes de la votación, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos hizo un llamado urgente al Congreso para no aprobar el dictamen, por ser una contradicción a nuestra Carta Magna y a diversos tratados internacionales firmados por el Estado mexicano, incluidos fallos emitidos por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres de la ONU.

Por su parte, Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos señaló que aprobar la propuesta pone en riesgo los derechos reproductivos de la mujer.

En Juchitán, Oaxaca, un grupo de jóvenes colocó mantas para exigir al Estado mexicano la legalización del aborto.