En los primeros 100 días de gobierno de Andrés Manuel López Obrador hay avances importantes en el combate a los grupos del crimen organizado, ya que por primera vez se ha dado un viraje cuantitativo y cualitativo que además de buscar la construcción de la paz, tiene estrategias que debilitan la capacidad financiera y corruptora de esos grupos, y abre la posibilidad de destruir la base social que los criminales han creado, afirmó el jurista Gustavo Roque, coordinador del diplomado de construcción del proceso de paz en México de la Universidad Ius Semper.

En entrevista con La Jornada, el especialista en derecho señaló que se crea una estrategia que modifica la dinámica de guerra que se construyó durante 12 años para transformarla de manera definitiva. “No va a pasar de la noche a la mañana, pero hoy, finalmente se ha unificado una estrategia policial-militar que se combina con la cobertura de los programas sociales. “Se ha puesto en marcha una estrategia encaminada a destruir la base social del narcotráfico y de otros delitos, que es de donde proviene su fuerza y le da funcionalidad a los grupos delictivos.

“Las organizaciones criminales tienen como propósito maximizar sus beneficios financieros, no buscan alcanzar el poder político. Por ello el gobierno de la República en su estrategia nacional de seguridad reconoce que en el país se lavan anualmente 30 mil millones de dólares y que es importante combatir estas actividades, porque esta capacidad económica incide en la violencia y fortalece la actividad ilícita.

“Por ello, a 100 días del actual gobierno la prioridad es combatir el lavado de dinero, porque con ello se afecta el estado de fuerza de los grupos delictivos, y se ve impactada su capacidad de compra de armas y financiamiento a sus integrantes.

Extinción de dominio

Además, en la estrategia de combate se suma la aplicación de la figura de extinción de dominio, lo que limita aún más su poder financiero y su capacidad para corromper estructuras de gobierno y destruye su base social.

El jurista expuso que ahora el gobierno ofrece oportunidades que antes solamente brindaban las organizaciones delictivas en las comunidades más alejadas, y lo hace de manera real con los programas sociales, los cuales se pueden fortalecer con los recursos que se le quiten a los grupos delictivos y esos recursos que antes servían para corromper, ahora se apliquen al desarrollo social.