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Presentan en Guadalajara un documental sobre una familia de paramédicos y su ambulancia

Familia de medianoche de Luke Lorentzen, muestra, entre otras cosas, cómo la corrupción juega con la vida de las personas

Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de marzo de 2019, p. 8

Guadalajara, Jal., En la sección de competencia oficial para documental se presentó ayer, en la edición 34 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Familia de medianoche, de Luke Lorentzen, un inusitado trabajo que aborda varias aristas de la sociedad mexicana, como la corrupción policiaca, el maltrecho sistema de salud, el deterioro de las instituciones públicas y la miseria, todo contado con cámara omnipresente dentro y fuera de un ambulancia.

El director mencionó: Este proyecto me lo encontré. Estaba en la Ciudad de México para realizar otro trabajo, pero frente a la casa donde vivía descubrí a la familia Ochoa con su ambulancia. Yo, que siempre estoy buscando historias y puntos diferentes, les pregunté si podía subirme a ella con ellos.

Familia de medianoche relata cómo en una ciudad cuyo gobierno opera sólo 45 ambulancias de emergencia para una población de más de 9 millones, la familia Ochoa, con su vehículo particular, se vuelve un elemento crucial para la supervivencia de muchos capitalinos.

Esta familia de paramédicos privados no registrados se han ganado la reputación de ser dignos de confianza, pero deben lidiar con una repentina oleada de sobornos que podrían involucrarlos en prácticas éticamente cuestionables, aprovechándose de las emergencias de los pacientes para ganar dinero por cada uno de los traslados.

La familia integrada por Juan, Fer y Josué Ochoa, así como Manuel Hernández, sale cada noche a las calles a cazar accidentes.

El director de origen noruego reveló: “Cuando me subí con ellos encontré un mundo profundo de ambulancias privadas que controlan partes de la ciudad. Dejé el otro proyecto y me concentré en éste para grabar a la familia Ochoa.

Estuve tres años con ellos, en las que salí alrededor de 100 noches; filmé desde las dos de la tarde hasta las seis u ocho de la mañana. Lo que quería mostrar es eso que está en la película: que los operadores de ambulancias particulares no pueden ganarse la vida siguiendo las normas establecidas porque muchas cosas suceden alrededor. Tienen que buscarse otras entradas para vivir, y en eso, pueden llegar a delinquir.

Se le preguntó a Lorentzen sobre el manejo de la cámara, de lo cual se encargó él mismo, explicó: “Cuando estoy formando un proyecto, busco que entre la cámara y el micrófono siempre haya relación. A veces he tardado años en crear una relación o confianza con la gente que estoy filmando. Invertí mucho tiempo con la familia Ochoa: por ejemplo, había días en que nos daban las seis de la mañana y no pasaba nada.

Otra cosa interesante es que estuve con ellos por tres años filmando y filmando; no tenía la película hasta que regresé para el último rodaje y 70 por ciento de la cinta salió en tres días de grabación. Llegué al punto de conexión con la familia porque fui yo con la cámara.

El director señaló que con Familia de medianoche “lo que quería demostrar es cómo una buena familia que está metida en el sistema corrupto poco a poco es absorbida por el sistema. Ellos salvan vidas, la gente que salvan no les pagan y les agradecen la ayuda. Familia de medianoche muestra cómo la corrupción poco a poco está jugando con la vida de las personas, y la familia Ochoa es rehén de la policía y del sistema de salud”.

Al preguntar al director, quien vive en Nueva York, si se está dando el fenómeno de que los estadunidenses quieren venir a filmar a México, Lorentzen respondió: Creo que en México los extranjeros nos damos cuenta más fácilmente de todas esas historias que podemos contar. Creo que el cine independiente es necesario ante el embate hollywodense, en el que todo es dinero y es artificial.