Foros de consulta en EU
a comunidad mexicana residente en Estados Unidos es una fuerza política no escuchada ni atendida en su justa dimensión por el gobierno de ese país, y frecuentemente tampoco por el nuestro. Luego de las protestas que frente a las representaciones mexicanas en el extranjero se realizaron después de la controvertida elección de 1988, el gobierno de México diseñó un plan para acercarse a esa comunidad. Creó la Dirección para la Atención de las Comunidades en el Extranjero, actualmente Instituto de los Mexicanos en el Extranjero. La intención fue establecer un vínculo más estrecho con dichas comunidades. Por diversas causas ese fin no siempre tuvo un resultado del todo plausible. Hay visos de que el nuevo gobierno pretende no sólo darle nueva vida al proyecto, sino profundizarlo sobre bases más concretas: se busca una nueva visión centrada en los derechos del migrante y el compromiso del gobierno de México de revitalizar la relación con la diáspora mexicana
anunció el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Uno de los mecanismos para ese fin es realizar foros en ciudades y regiones donde radica un mayor número de mexicanos para escuchar sus opiniones y propuestas e integrarlas en el Plan Nacional de Desarrollo
. De hecho, ya se han celebrado al menos tres la semana pasada en California.
Amén de las intenciones políticas que pudieran tener los foros, no está claro el mecanismo para que sus demandas puedan integrarse dentro de una estrategia de gobierno. Ese parece ser el verdadero reto en momentos en que aún no cristaliza el plan para atender las demandas de los mexicanos que viven dentro de las fronteras del país. De lo que no hay duda es que con los foros se abren diversas expectativas a quienes residen en el extranjero, documentados o indocumentados; pero, de no existir las medidas prácticas para satisfacerlas, habrá un motivo más para refrendar sus dudas sobre las verdaderas intenciones del gobierno de su país de origen.
Hace algunos años un Presidente describió a los migrantes mexicanos como héroes. El oportunismo que tal calificativo encerraba fue una forma muy barata de reconocer los millones de dólares que durante años han enviado a nuestro país para apoyar a sus familias. Sería lamentable que ese oportunismo se repitiera.