Al advertir que los líderes de las organizaciones magisteriales tienen sus intereses y no siempre actúan bajo principios democráticos, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el inicio de una campaña de información dirigida a los maestros de base, para que conozcan la ruta de cancelación de la reforma educativa de 2013.

En principio serán distribuidos miles de volantes en cuyo borrador se lee: el anterior gobierno creó un sistema perverso que ni él mismo cumplió y le dio la vuelta con muchos recursos por debajo de la mesa, burlando la ley que ellos mismos emitieron.

Durante la conferencia de prensa matutina, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, presentó los enunciados comparativos entre la reforma constitucional del sexenio pasado y la iniciativa de abrogación 2019, cuyo punto inicial señala: Prohibición de ligar cualquier proceso a la permanencia del empleo.

El anterior es el tema detonante de la inconformidad de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que apenas el jueves levantó el bloqueo que mantenía en la Cámara de Diputados.

El secretario Moctezuma adujo que la palabra permanencia en el empleo fue incluida en el artículo tercero constitucional, pero en la iniciativa que viene no sólo no aparece, sino que está proscrita.

El Presidente aseguró que su interés es tener una relación directa, no corporativa, con los profesores para evitar la manipulación.

El propósito, subrayó, es que los maestros sepan que está cumpliendo su compromiso, ofrecido en la campaña, de abrogar la mal llamada reforma constitucional en materia educativa.

Enseguida destacó el valor de los maestros; prometió federalizar los servicios de salud y educación e impulsar un programa de fortalecimiento de las escuelas normales a fin de que sus egresados eleven la calidad de la educación pública y su ingreso al empleo sea preferente. Con ello, sostuvo, se cerrará al paso a quienes consiguen una plaza por influyentismo o compra.

Explicó que para su gobierno no es indispensable la evaluación magisterial porque si se fortalecen las normales, los maestros van a salir bien preparados para poder desempeñar su trabajo educativo.

El Presidente ofreció diálogo al magisterio por el tiempo que sea necesario, así como mano abierta, franca y nunca puño cerrado, autoritarismo o represión.

Rechazó, por tanto, que simule un cambio en la materia: “Ahora que toman la Cámara señalan que es igual, que estamos engañando, estamos simulando... Pues no, no somos lo mismo. Y por eso vamos a aclarar. ¿A quién nos importa aclararle? A las bases magisteriales. ¿Por qué? Pues los dirigentes y las organizaciones de distintas tendencias tienen sus intereses y no siempre actúan bajo principios democráticos”, lamentó. No siempre, agregó, consultan a la base ni toman decisiones recogiendo el sentir de los maestros.

Manifestó su rechazo hacia aquellas versiones que colocan a su gobierno como más de lo mismo. Al contrario, aseveró, la abrogación de la reforma educativa es un asunto que hemos defendido contra viento y marea desde los tiempos de campaña electoral, aun cuando los conservadores alegaban que nuestro interés era volver a la venta de plazas.

Les tuve que decir que el único que vendía las plazas era el que estaba en ese entonces de secretario de Educación (Otto Granados) porque en efecto, cuando estaba de gobernador (de Aguascalientes), vendió la plaza de toros de ese estado, bromeó.