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Conteo de votos en Ucrania confirma la segunda ronda entre Poroshenko y el comediante Zelensky
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 2 de abril de 2019, p. 22

Moscú. Los ucranios –en la segunda vuelta de votación, convocada para el 21 de abril– tendrán que elegir entre Volodymir Zelensky y Petro Poro-shenko cuál de los dos será su presidente el próximo lustro.

Escrutado 93 por ciento de las boletas, los resultados oficiales –dados a conocer la noche de este lunes por la máxima autoridad en materia electoral de Ucrania– confirmaron: Zelensky, comediante sin experiencia política, obtuvo 30 por ciento de los votos, mientras Poroshenko, el actual mandatario, logró 16 por ciento.

Con una participación de 63.52 por ciento del padrón –inferior a la de comicios anteriores– únicamente otros seis de los 39 candidatos lograron superar 2 por ciento de los sufragios, confirmando que la mayoría participó como simple comparsa, por autopromoción o para quitar apoyos a los líderes de la carrera por la presidencia.

Se llegó al extremo grotesco de que en las boletas hubo dos aspirantes Yu. V. Tymoshenko, sólo que una es Yulia Vladimirovna y el otro, Yuri Vladimirovich, confusión que se tradujo en 105 mil votos para el homónimo desconocido.

En cuanto a las preferencias en el interior del país, Zelensky se impuso en 20 de las 25 regiones que tiene Ucrania, en tanto Poroshenko sólo en dos. Yulia Tymoshenko, la tercera mejor posicionada con 13 por ciento del voto, en una, y Yuri Boyko, en dos regiones del este ucranio que corresponden a parte de Donietsk y Lugansk, fuera del control de los separatistas.

En esos territorios que no se supeditan a Kiev, dicho sea de paso, no pudieron votar 4 millones de personas, de igual manera que la legislación dejó al margen de las urnas a los 3 millones de desplazados de sus lugares de residencia permanente sin registro en Ucrania y los 3 millones que se encuentran en Rusia ya sea por trabajo o como refugiados.

Es prematuro vaticinar qué va a ocurrir dentro de tres semanas, pero muchos observadores consideran que el desenlace del balotaje depende de los seguidores de Tymoshenko, dando por descontado que se abstendrán los simpatizantes de Boyko.

Ahora ella se siente agraviada y se niega a aceptar la validez de los resultados de la primera ronda –víctima de un manejo sucio que según dice la despojó del segundo lugar–, pero a la hora de la verdad podría acabar aceptando el cargo de primera ministra tanto con Zelensky como incluso con Poroshenko, por inverosímil que pudiera parecer en este momento.

Lo cierto es que aún no termina el conteo de votos y ya están en marcha, intramuros y sin reflectores, los primeros contactos entre los equipos de los respectivos protagonistas de estas elecciones, que como en otras ocasiones pueden terminar con una inesperada carambola a tres bandas (valga la redundancia).

Poroshenko tiene mayoría en el Parlamento y puede ratificar sin problemas a su candidato a primer ministro. En cambio, los siguientes comicios legislativos son hasta noviembre de este año, por lo cual Zelensky, en el supuesto de ganar el balotaje, tendría que forzar la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas para devolver el favor a Tymoshenko.

Todo es posible –incluso que ambos busquen el triunfo sin contar con Tymoshenko–, mientras el Kremlin, principal valedor de los separatistas de Donietsk y Lugansk, guarda un prudente silencio y espera que se celebre la segunda ronda para pronunciarse.

Ni Zelensky ni Poroshenko favorecen los intereses de Moscú, aunque la diferencia entre felicitar al ganador –y dejar todo como hasta ahora– o desconocer los resultados de las elecciones por fraudulentos tendría un costo mayor al poner en entredicho los acuerdos de paz de Minsk, el tránsito del gas natural ruso por Ucrania y hasta la posibilidad de reducir las reticencias europeas respecto del gasoducto Flujo del Norte-2, cuyo tendido impulsa el gobierno ruso.