Los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados explicaron que si el presidente Andrés Manuel López Obrador busca regresar al esquema previo a la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, no será en automático por decreto, sino que deberá enviar otra iniciativa, y exigieron que en el diálogo con el magisterio, el gobierno no ceda a chantajes.

La derogación tiene que pasar por aquí, expuso el coordinador priísta René Juárez Cisneros.

Juan Carlos Romero Hicks, coordinador del PAN, acotó que en la cámara ya hay un dictamen a la propuesta presidencial de diciembre y alertó que regresar al estatus anterior implicaría un retorno al control del magisterio sobre la educación.

Esperemos que el Presidente no se deje chantajear por dirigentes e intereses espurios. No podemos regresar a la venta y herencia de plazas y al tráfico de personas. Eso es corrupción y nadie en México lo quiere. En este momento hay una reforma vigente y en tanto no se modifique se tiene que aplicar en todas partes, declaró el panista.

Antes el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación proponía la mitad de las plazas y la otra decidía la autoridad educativa. Ese es el México que no queremos. Estas no son decisiones sindicales, son académicas, deben someterse a una evaluación abierta y ese es el criterio que muchos tenemos, dijo.

René Juárez consideró que la postura del Presidente es una expresión, porque derogar la reforma de 2013 requiere de un proceso parlamentario que pasa necesariamente por las dos cámaras del Congreso.

Evaluó que, a pesar de las negociaciones entre el gobierno y el magisterio disidente, no hay un acuerdo. Están en neutral, como que ni para atrás ni para adelante. Llevan varios días en esa circunstancia y estamos a la espera de un acuerdo.

Refirió que la Cámara de Diputados ya construyó una opción, con el dictamen ya aprobado, “y luego se atoraron porque vinieron los chantajes… en un tema neurálgico como éste, entraron en un diálogo de sordos”.