Martes 9 de abril de 2019, p. 31
Fármacos Especializados y Maypo son las principales empresas distribuidoras de medicamentos innovadores, vacunas y biotecnológicos, cuyo traslado y almacenamiento debe cumplir condiciones específicas de temperatura y humedad para garantizar su efectividad al administrarlos a los pacientes.
Estos corporativos cuentan con una infraestructura de almacenes y vehículos para garantizar la seguridad de los productos y de ahí que entre las dos detenten la mayoría de la representación de los laboratorios farmacéuticos, principalmente trasnacionales, para participar en las licitaciones públicas.
Se debe tener en cuenta que los medicamentos originales, protegidos por una patente, no son los de mayor volumen en las adquisiciones, pero sí los de más alto costo y que los fabricantes carecen de medios propios para el transporte de sus mercancías.
Además, de acuerdo con ejecutivos de la industria farmacéutica, los distribuidores asumen los riesgos y costos de los retrasos en los pagos, pues a pesar de que los contratos establecen plazos de entrega y cobranza, lo más común es que haya dilaciones
de las instituciones públicas, las cuales pueden ser de varios meses o incluso años.
Un ejemplo claro es el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y varios estados de la República que arrastran deudas de varios miles de millones de pesos desde hace años.
Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico (Dimesa) es la tercera de las distribuidoras incluidas en el veto presidencial para participar en la compra consolidada de medicamentos.
De acuerdo con su portal de Internet, Dimesa tiene presencia en 11 entidades federativas, donde presta el servicio de abasto integral de insumos y/o de administración de farmacias. La distribución forma parte de la cadena de valor del mercado farmacéutico y su crecimiento está ligado al de la innovación, así como al aumento en la demanda de insumos por parte del sector salud a lo largo de la historia y por factores diversos.
Entre ellos, el incremento de la población, su envejecimiento y la cada vez mayor presencia de enfermedades crónicas y complejas, como el cáncer, así como el desarrollo científico que pasó de formulaciones químicas a la producción de moléculas complejas con base en ingeniería genética.
Por el lado institucional, las compras aumentaron con la creación del Seguro Popular (2004) y la obligación de dar a los afiliados los medicamentos incluidos en el Catálogo Universal de Servicios (Causes) y los que son necesarios para la atención de las enfermedades de alto costo cubiertas por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
A partir de 2013 las adquisiciones por volumen crecieron con las compras consolidadas que organizó el Instituto Mexicano del Seguro Social para el abasto anual del Issste, Petróleos Mexicanos, la Secretaría de la Defensa Nacional, así como los hospitales federales y estados de la República que de manera voluntaria se sumaban a esos procesos.