Armando Archundia, ex árbitro mundialista, advirtió que no conviene satanizar al videoarbitraje (VAR) “porque si empiezan a presionar –tanto la prensa como los equipos–, llegará el momento en que la FIFA podría quitar la certificación, como ya ocurrió en algunos países de Europa”, ello tras la ola de críticas surgidas luego del partido Xolos-América. Eso sería un retroceso gigantesco, indicó.

En el citado juego, correspondiente a la fecha 13, el VAR forzó al árbitro Fernando Hernández a hacer tres pausas excesivamente largas (en una de ellas se buscó casi con lupa, hasta encontrar una presunta mano que derivó en penal en favor de Xolos) y en la cabina de videoarbitraje estuvo Juan Joel Rangel Maya, quien ha colaborado con el club tijuanense en el sistema nacional de capacitación de entrenadores, árbitros y preparadores físicos.

El VAR es una herramienta benéfica, útil, y la Comisión de Árbitros no puede sucumbir a las presiones de los equipos ni de los medios de difusión, no puede darle gusto a todos, tiene que trabajar como está establecido; si la FIFA se percata que se está haciendo mal uso de este instrumento y la comisión cede, va a terminar quitando la certificación y se acabó el videoarbitraje, remarcó Archundia.

No obstante, admitió que la mencionada Comisión, de la Federación Mexicana de Futbol, tendría que explicar lo sucedido en ese juego y las designaciones recurrentes de Rangel Maya en partidos de Xolos.

“Lo que pasa es que cuando alguien quiere hacer daño puede inventar muchas cosas que no sabemos si sean verdaderas. En realidad podemos ponerle todos los peros que gusten al VAR; no obstante, a fin de cuentas le está haciendo bien al futbol mexicano e, insisto, cuando empezamos a especular vamos a ver muchas cosas que no existen.

“Sabemos que todos hablan según les va en la feria o miran al espejo de manera diferente.

La semana pasada el VAR favoreció al América y el entrenador no hizo reclamos, entonces en mi opinión la Comisión de Arbitraje debe mantenerse sin escuchar protestas ni hacer caso a las especulaciones, concluyó Archundia.