Toulouse. Miles de chalecos amarillos se manifestaron este sábado en distintos puntos de Francia y hubo fuertes enfrentamientos con la policía en esta sureña ciudad, en momentos que se esperan nuevos anuncios del presidente Emmanuel Macron, quien busca poner fin a este gran movimiento social que empezó hace cinco meses.

La policía de Toulouse disparó gas lacrimógeno, mientras unos 2 mil inconformes marcharon por la avenida Allee Jean Jaures. El cuerpo de bomberos reportó dos vehículos incendiados, una camioneta y un remolque, que no han dejado heridos por el momento.

Jean-Baptiste, pilar de las manifestaciones en París se trasladó a Toulouse con una una pancarta que decía Aquí los alborotadores junto a fotos de Macron y el ministro del Interior, Christophe Castaner.

Durante la jornada en Toulouse 14 personas resultaron heridas en la prefectura de Haute-Garonne, incluido un policía, mientras 37 manifestantes fueron arrestados, principalmente por lanzar proyectiles o portar armas, reportó el diario local Le Figaro.

Los organizadores de esta jornada proclamaron a Toulouse como la capital por un día de los chalecos amarillos. La intención de convertirla en nuevo epicentro de las protestas provocó que el alcalde de la ciudad, Jean-Claude Moudenc, expresara su preocupación antes de la marcha.

En París, la 22 jornada sabatina continua de este movimiento nacional se desarrolló con algunos algunos enfrentamientos con la policía y las autoridades confirmaron el arresto de 15 manifestantes. Las marchas en Marsella, Lille, Burdeos, Lyon, Grenoble y otras ciudades se desarrollaron sin incidentes.

Autoridades cifraron hasta las 14 horas en 7 mil 500 los manifestantes en Francia, mil 300 de ellos en París, mientras que el pasado sábado se contabilizaron 6 mil 300 manifestantes a nivel nacional y 3 mil 100 en la capital. Los organizadores indicaron que en esta jornada participaron 31 mil personas en el país y 22 mil 300 en la de la semana pasada.

Se trata de la primera protesta con la nueva ley antidisturbios, vigente desde el jueves, que considera delito disimular el rostro en las manifestaciones para evitar la participación de encapuchados, considerados los responsables de los destrozos.

Estas protestas se realizan dos días antes de que el primer ministro, Edouard Philippe, presente los resultados de dos meses de asambleas municipales y foros en Internet para proponer reformas políticas, convocadas por el gobierno en respuesta a las demandas de los chalecos amarillos. Pese a los anuncios, organizadores del movimiento anunciaron una gran jornada para el 20 de abril.