El comienzo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido el más violento, al alcanzar 9 mil 703 homicidios dolosos en los primeros cuatro meses, esto es, 104 por ciento más que con Vicente Fox, 181 por ciento más que con Felipe Calderón y 53.6 por ciento más que con Enrique Peña Nieto.

Con distintas visiones en materia de seguridad, los mandatarios Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador lanzaron sus estrategias para disminuir la incidencia delictiva.

De acuerdo con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), entre diciembre de 2018 y febrero de 2019 se iniciaron 7 mil 299 carpetas de investigación por muertes violentas.

Sumando los 2 mil 404 homicidios dolosos de marzo, de acuerdo con el reporte diario que realiza un equipo interdisciplinario constituido por las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana, de la Defensa Nacional, Marina y la Fiscalía General de la República, la cifra con López Obrador alcanza 9 mil 703 homicidios dolosos.

En comparación con la incidencia delictiva al inicio de la administración de Vicente Fox, en que se contabilizaron 4 mil 741 homicidios, se observa un aumento de 104 por ciento en el gobierno actual.

Con Fox Quesada ocurrió la primera fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, y el surgimiento de Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, entre otros hechos. Con ello comenzó la escalada de violencia que se ve reflejada en los tiempos recientes.

A finales de sexenio, el panista lanzó el Operativo México Seguro para contener la violencia en Tamaulipas, Sinaloa y Baja California. No obstante, los enfrentamientos y ejecuciones continuaron.

En los primeros 120 días del gobierno de Felipe Calderón, quien lanzó la guerra contra el narcotráfico, se iniciaron 3 mil 450 averiguaciones por homicidios dolosos, cifra menor que los 9 mil 703 homicidios dolosos que se tienen actualmente y que equivale a 181 por ciento más.

Apenas iniciaba el segundo sexenio panista y Calderón Hinojosa se lanzó directo contra los cárteles, iniciando en su tierra con el Operativo Conjunto Michoacán; el objetivo era La Familia Michoacana.

La fuerza de combate llegó a ser de hasta 6 mil 500 elementos para hacerle frente a la organización criminal fundada por Jesús Méndez Vargas, El Chango; Nazario Moreno González, El Chayo; Rafael Cedeño Hernández, El Cede, y Servando Gómez, La Tuta, que luego conformaron el grupo de Los Caballeros Templarios.

Pero en ese sexenio surgió la que ahora es considerada la organización delictiva más fuerte: el cártel Jalisco Nueva Generación.

Los operativos se multiplicaron en prácticamente todas las entidades, pero con énfasis en Chihuahua, Guerrero, Durango, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Baja California y Nuevo León, donde comenzaban a surgir más grupos criminales derivado de las pungas internas.

Heredada la violencia, regresó el PRI con Enrique Peña Nieto y otra estrategia de seguridad enfocada en las cabezas de los cárteles, llamados 122 objetivos prioritarios, entre ellos, El Chapo Guzmán.

Según los registros del Sesnsp, en los primeros meses del priísta se iniciaron 6 mil 316 averiguaciones por homicidios dolosos; comparada con la nueva administración se observa que de diciembre de 2018 a marzo de 2019 aumentó 53.6 por ciento.

Para combatir al crimen organizado y la incidencia delictiva con Peña Nieto, el gobierno federal implementó los operativos Estrategia de Seguridad Tamaulipas, Operativo Coordinado Michoacán, Juntos por el Estado de México, Operativo Laguna Segura, Operativo Especial Jalisco y Operativo Especial Tierra Caliente. No obstante, es hasta el momento la administración más violenta que se tenga registro con 124 mil 654 homicidios dolosos.