Buenos Aires. El juez Fernando Perillo ordenó un operativo contra la histórica casa de las Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini, lo que fue impedido por centenares de militantes de agrupaciones sociales y sindicales y otros grupos solidarios con este organismo, en el que funcionaba también la Universidad de las Madres, que en el gobierno de Mauricio Macri se ordenó cerrar.

De Bonafini denunció hace tres días que intentaban quitarle la casa, y desde la noche del domingo, junto con otras madres se atrincheró en el lugar para defenderla, acompañadas de militantes de diversos sectores; y este lunes comenzaron a llegar manifestantes que repudiaron y rechazaron el operativo judicial.

Esta casa no es sólo de las Madres, es del pueblo, dijo Hebe de Bonafini, quien advirtió que están pagando el precio de no quedarse callada y de continuar resistiendo al gobierno de Macri, quien hundió en la crisis y la miseria al país. El abogado que presidía el operativo llegó hasta la puerta de la casa, pero le impideron ingresar.

No nos sorprende porque hace 42 años que estamos en resistencia, es una larga batalla y los que están hoy son los mismos que estuvieron en los años en que desaparecieron a nuestros hijos, con los que nunca volvimos a encontrarnos, dijo Hebe, quien había denunciado esta maniobra judicial en el contexto de una causa donde se le juzga y que lleva a la quiebra de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

De acuerdo con la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, se ha ordenado un inventario, que en realidad significaría el secuestro de los archivos que desde hace años mantienen en esta casa, lo que sería una verdadera confiscación ilegal del patrimonio y del inmueble, que visitaron personalidades y mandatarios de diversos países.

Hubo verdaderos cordones humanos de protección a la sede de las madres, banderas que se agitaron todo el día y una vigilia que continuará la noche de este lunes. Para varias madres esto evidencia el desprecio de Macri y su gobierno por los derechos humanos. El no callarnos nos cuesta esto. Si fuéramos calladitas, prolijas y pacifistas, pero no. Somos pacíficas, no pacifistas, dijo Hebe agradecida a los que se solidarizaron, y recordó que es el quinto operativo similar que ordena la justicia para inventariar el archivo y crece el temor porque se los quiten y además las desalojen de la histórica casa.

En tanto, la ex presidenta y senadora Cristina Fernández de Kirchner aún no tiene autorización para visitar a su hija, Florencia Kirchner, quien recibe tratamiento médico en Cuba.

A pesar de que médicos forenses argentinos coincidieron con el dictamen médico cubano de que la joven no puede viajar ahora, nuevamente la justicia solicitó la presentación del cuerpo médico forense de la Corte para dar detalles de la historia clínica que envió Cuba. Luego de esto y en un eterno ir y venir el tribunal decidirá si permite a Florencia terminar su tratamiento o la obliga a regresar al país.

Mientras esto sucede el gobierno argentino impidió la llegada de un avión procedente de Caracas para repatriar a 90 venezolanos, en lo que el canciller chavista Jorge Arreaza consideró una actitud inhumana. La decisión fue repudiada por sectores políticos y organismos humanitarios que advirtieron que no permitir la salida de estos ciudadanos significaba un secuestro así como una violación al derecho internacional.