Jueves 18 de abril de 2019, p. 30
Cuatro nuevas especies de agaváceas fueron descubiertas por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Una de ellas había sido registrada en códices indígenas, pero no estaba documentada por la ciencia.
Abisaí García Mendoza, responsable de la Colección Nacional de Agaváceas y Nolináceas del Instituto de Biología, explicó que las nuevas especies descritas en la revista Acta Botánica Mexicana son originarias del sur de la República Mexicana, y existen ejemplares de todas ellas en el Jardín Botánico de la UNAM.
Oaxaca es el sitio con mayor diversidad mundial de agaves; cuenta con al menos 40 especies de las 159 endémicas de nuestro territorio. Le siguen Sonora, Durango y Jalisco, mientras que países completos como Venezuela tienen sólo una.
Con el incremento de la demanda de mezcal en el país se están aprovechando especies que antes no se usaban, sin saber que algunas son nuevas para la ciencia, lo que pone en riesgo su sobrevivencia
, alertó el especialista.
Útil contra diabetes
Al igual que la sábila, una especie traída por los españoles del continente africano al llamado nuevo mundo, el agave se utiliza de manera tradicional como planta de uso medicinal: para ayudar al control de la diabetes y para curar golpes al restablecer rápidamente el flujo sanguíneo, entre otros.
Las cuatro nuevas especies de agave descritas en enero de 2019 son: quiotepecensis, gypsicola, megalodonta y lyobaa.
El caso más curioso es el de agave quiotepecensis, endémica de Oaxaca, y conocida localmente como Rabo de León
, especialmente en los distritos de Cuicatlán y Teoti-tlán, en la cuenca media y alta zona del río Papaloapan. Rabo de León
se muestra en el Lienzo de Quiotepec y Cuicatlán, y forma parte del glifo del lunar. Hasta el año pasado no se sabía que era una especie única.
“Quiotepec es un pueblo oaxaqueño, cuyo nombre en náhuatl significa Cerro de quiotes o magueyes, de ahí el nombre de quiotepecensis. Esta especie es nueva para la ciencia, antes sólo se conocía como ‘agave’, ahora es A. quiotepecensis”, detalló el investigador.