La periodista argentina Leila Guerriero sostuvo que los medios ‘‘han empezado a bailar lo que podría llamarse la conga de los clics”, porque están más interesados en saber cuántos lectores leen sus publicaciones en línea.

En la conferencia inaugural La crónica como forma de vida, en la decimoprimera edición de la Fiesta del Libro y la Rosa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que comenzó este viernes, Guerriero sostuvo que un diario es ‘‘una curaduría de noticias, una mirada de lo que sucede en el mundo, una propuesta para los lectores sobre lo que vale la pena tener una mirada, pero ahora los medios están ocupados en lo que más les interesa a los lectores y si a éstos les atrae un video de gatos, les dan eso.

‘‘Tengo la sensación de que esto es darse un tiro en el pie. Me parece que el mejor periodismo, con todas las plataformas y herramientas digitales, es el chequeado; el periodismo que escapa de las falsas noticias como de la peste.”

El reino del detalle

En el Foro Fuente, Guerriero estuvo acompañada de Rosa Beltrán, directora de Literatura en la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, con quien conversó sobre su trabajo de cronista.

La autora de libros como Zona de obras y Los suicidas del fin del mundo compartió su beneplácito por participar en la Feria del libro y la Rosa. ‘‘Es un placer estar en una universidad pública, autónoma; soy una gran defensora en mi país y en todas partes de la educación pública, gratuita, inclusiva; así que es un placer estar acá, en este lugar de pensamiento, cultura y conocimiento”, definió.

De su oficio de cronista explicó que le preocupa mucho entender para qué o qué va decir, aunque se trate de columnas cortas o crónicas largas, siempre debe tener algo qué decir. ‘‘Me parece que sí hay una responsabilidad social del periodista de visibilizar lo que está pasando y permanece oculto, no sólo temas ocultos o marginales, sino también todo aquello que pueda ser sorprendente”.

A manera de ejemplo aludió a su libro Una historia sencilla, en la que da cuenta del festival del malambo, danza gaucha, consistente en un zapateo sostenido durante cinco minutos. ‘‘Es la historia de hombres, porque sólo bailan ellos, muy humildes, que gastan el dinero que no tienen en lograr un sueño; así que se trata de contar cuestiones relacionadas con la condición humana.”

Para Guerriero la crónica es el reino del detalle y del contexto, pues consideró que para escribir el perfil de un personaje debe mirarlo por el ojo de la cerradura, ver al sujeto completo y tratar de entenderlo.

Al referirse al panorama de la crónica estimó que hace 10 años era diferente y ahora un cronista argentino escribe en una revista mexicana y uno mexicano publica en una revista argentina o un chileno puede escribir en un medio uruguayo y un uruguayo publica en una revista chilena.

‘‘Hay una conexión y es algo que identifica a la crónica latinoamericana, porque la variedad de temas, de voces y de posturas es muy diversa; es su vocación de ser latinoamericana, de no tener fronteras.”

Dijo que los espacios para la crónica son pocos porque al igual que la literatura de no ficción no es un fenómeno de masas, de grandes nichos. Sin embargo la crónica ha encontrado un lugar en las publicaciones de libros, pues las editoriales cuentan con colecciones dedicadas a esa vertiente.

La jornada inaugural de la Fiesta del Libro y la Rosa fue encabezada por Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural, Rosa Beltrán y Socorro Venegas, titular de la Dirección General de Publicaciones de la UNAM.

Este año la fiesta editorial tiene como ejes la crónica, la autoficción y la no ficción, y se conmemorarán los centenarios luctuosos de Amado Nervo y Emiliano Zapata, así como 90 años de la autonomía universitaria.

La programación completa se puede consultar en el sitio www.fiestalibroylarosa.unam.mx.