El gobierno federal no canceló el contrato con una de las tres empresas señaladas en esta misma administración de acaparar la venta de medicamentos para el sector salud por convenios totales de más de 35 mil millones de pesos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que preservar a una de esas tres compañías fue una decisión suya, como una excepción, un asunto temporal, por tratarse de una proveedora única de insumos para pacientes con VIH.

No dio el nombre del consorcio, pero se comprometió a resolver el asunto, tanto de la investigación a las tres compañías mayoritarias, como del abasto de fármacos, así se tenga que buscar a los proveedores en cualquier otra parte del mundo.

Ahora tenemos lo de las medicinas para el Sida. Me plantearon que una de las empresas que abastecía más al gobierno es de las que tienen la concesión para vender esos medicamentos. Como se trataba, se trata, de un asunto delicadísimo, humano, se hizo una excepción, pero al mismo tiempo estamos buscando en el extranjero, dijo.

No es un asunto fácil porque a veces hay comportamientos mafiosos. En Estados Unidos no pudieron con este asunto de las medicinas, pero nosotros sí vamos a poder.

El mandatario tocó el tema ante una pregunta relacionada con la Ley de Austeridad, norma que aún se desahoga en el Congreso de la Unión, pero dijo que su cumplimiento será obligatorio para todos, incluidos los gobiernos locales.

Un reportero de Baja California Sur le preguntó sobre un presunto abuso en el gasto público de funcionarios municipales emanados de Morena, pero el Presidente pidió que la conferencia matutina no se utilice para exponer propósitos partidistas o diferencias políticas, sino asumir un comportamiento ético, como regla no escrita, de plantear asuntos de interés general.

Luego expuso que en su gobierno ya se aplican múltiples medidas de austeridad y ahorro, como la reducción, al 10 por ciento, de los vehículos que utilizaban los funcionarios, de 500 a 50 unidades, corte de plazas de direcciones adjuntas creadas en el sexenio de Calderón y ajuste en viáticos, por citar algunos gastos de gobierno.

Al pueblo le costaba mucho mantener al gobierno; siempre lo decía y lo repito: era un gobierno mantenido y bueno para nada.

El gasto presupuestal, dijo, servía no sólo para mantener privilegios de altos funcionarios sino una forma de maicear para que aprobaran todo lo que dictaba el Presidente, como en tiempos del porfiriato, o como forma de chantaje o negociación de quienes protestan.

Lo mismo ahora con la compra de los medicamentos (reiteró que se investigarán los posibles casos de corrupción e influyentismo con las tres empresas referidas), el papel, los alimentos y las obras.