Petróleos Mexicanos (Pemex) es el mayor factor de debilidad de cara al futuro de la economía mexicana y pese al refinanciamiento de su deuda, que resta presión a sus compromisos financieros, se mantiene abierta la pregunta de si pudiera mantener y sostener operaciones a largo plazo que generen flujos de efectivo que permitan hacer frente a sus compromisos, porque es la petrolera más endeudada del mundo, expresó Fernando López Macari, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Agregó que de prolongarse la incertidumbre entre los inversionistas y la población en general, por la falta de datos certeros del gobierno sobre sus principales proyectos de infraestructura, se podría generar una fuga de capitales, porque la paciencia de los inversionistas tiene límite.

Destacó que al gobierno le genera presión importante apoyar las finanzas de Pemex con ingresos del sector público, principalmente con un régimen fiscal más benevolente, pero también con la utilización del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros.

La preocupación de calificadoras y mercados es que dicho compromiso del gobierno federal para rescatar las finanzas de Pemex pudiera poner en peligro el cumplimiento de las metas del presupuesto de la Federación, principalmente del superávit primario y los compromisos de disciplina fiscal que se han logrado, enfatizó el especialista.

Recordó que con la baja de la producción petrolera disminuye también la capacidad de Pemex para generar ingresos y evidentemente su contribución al presupuesto de la Federación vía impuestos también se ve afectada.