El músico emplea el rap para llegar a jóvenes de zonas violentas y fomentarles curiosidad por el arte
Viernes 17 de mayo de 2019, p. 8
Danger es un rapero de origen tijuanense que creció en un ambiente violento y con carencias económicas, pero los libros que tenía guardados su padre cambiaron su perspectiva de vida, lo cual lo ha impulsado ha impartir talleres y ofrecer conciertos en penales y zonas con altos índices delictivos. El hip hop es un salvavidas
, definió.
Además el músico se ha convertido en referente del rap porque dejó la rima fácil e insultante y, en contraste, comparte reflexiones, promueve la crítica social y motiva a los sectores desprotegidos a salir adelante a través del arte.
En plática con La Jornada, Joel Alfredo Martínez mejor conocido como Danger Alto Kalibre, explicó: “En el rap jugamos con recursos literarios, con cosas que intentan ser complejas en cuanto a la estructura poética, hacemos cosas divertidas con el lenguaje y las posibilidades del verso; además de muchos contenidos como la canción El bestiario, de su reciente epé, Moebius, la cual es una dura crítica social al narcoEstado, algo de lo que conozco, porque soy de Tijuana donde, me tocó vivir esa realidad”.
Las herramientas del hip hop, es decir, el rap, el break dance, el grafiti y el diyéi permiten que esta subcultura entre en los barrios populares, marginales y violentos del mundo, por eso ha tenido mucha aceptación
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Además, es muy hospitalario y permite comunicarte muy fácilmente, sin necesidad de un solo peso. Así me rescató, y a mis amigos también. Por eso entendí que tenía la responsabilidad de repartir esos salvavidas. Vamos a barrios donde no entra la policía, a cárceles, casashogares y adonde podemos llegar con estas herramientas para sembrar semillas y propiciar la curiosidad entre los chicos, o brindarles herramientas para que expresen su sentir, pensar o lo que quieren
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Con ochos años de activismo y tras viajar por 15 países donde conoció otras realidades, Danger aceptó: Este proyecto es uno de los más exitosos en cuanto a permear de verdad en estos lugares, porque donde nosotros vamos sólo llegan los religiosos. Muchas veces cuando me ven los chicos ya me conocen porque escuchan rap y así es mucho más fácil que se abran, pues no me consideran una figura de autoridad. Eso es lo primero que nos abre las puertas, hablar de tú a tú, porque tenemos el mismo lenguaje
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Movimiento raptivista
El músico, con 16 años de trayectoria en el rap, explicó que antes de iniciarse en el género “ya escribía, porque desde niño me gustaban los versos, la poesía y la literatura. Hace 10 comenzamos con la promotoria social y el activismo mediante proyectos para compartir con el barrio, y en el camino se abrieron otros. Así, más gente se unió para crear un movimiento que llamamos raptivista, de naturaleza contestaria y más que una protesta hacemos una propuesta”.
Actualmente el rap, prosiguió Danger, “es la industria principal en la música en el mundo –que empieza a ser desplazada por el trap y el regaetón– y es el hip hop es el que más vende; además hay muchos estilos y contenidos, como las bandas Cartel de Santa o Calle 13”.
El rap y su impacto entre los jóvenes puede ser un termómetro social
para escuchar lo que sienten y quieren expresar sobre su entorno”, puntualizó el músico.
Danger también ha trabajado de manera conjunta con la editorial Santillana para reinventar las presentaciones literarias de la mano del rap. Una de esas intervenciones será en el Día del Hip Hop en el Festival de Poesía en Voz Alta que se realizará el 25 de mayo en la Casa del Lago, con su productora Sujetos del Verbo.
Ahí pondrá en un mismo escenario la música tradicional mexicana y el rap, además de las batallas teatrales raperas a capella, donde lo mismo se enfrentan Moctezuma y Hernán Cortés que Rosario Castellanos con Juan José Arreola, entre otras actividades que preparan en torno a la improvisación.
El hip hop consciente de Danger se puede escuchar en su tercer disco Moebius, disponible en plataformas digitales desde hace dos semanas. “En Moebius conviven rimas poderosas, reflexivas y críticas sobre la sociedad actual. Es un viaje de ida y vuelta a las raíces, tiene la esencia de poner un caset en un walkman y hundir el botón de play. Es un intento de transmitir esta experiencia a las nuevas generaciones que no lo vivieron. Cada canción es un loop que imita al álbum completo, diseñado para que el final sea un principio”, detalló el músico.