Especialistas en justicia, seguridad y narcotráfico señalaron que en el caso de México el debilitamiento de las instituciones públicas ha permitido nuevas relaciones de poder al crimen organizado, sin que esto implique una captura o cooptación del Estado.

Reunidos en El Colegio de México (Colmex), afirmaron que a diferencia de Colombia, aquí no vemos una relación de paralelismo entre Estado y delincuencia, son nuevas formas de operar, que además son diferenciadas entre local, estatal y federal.

Luis Astorga, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que tras la alternancia política se gestó un cambio en la correlación de fuerzas, al pasar de un Estado autoritario, que se fue consolidando tras el triunfo de la Revolución, donde existía una subordinación estructural de los grupos delictivos al poder político, a un cambio a múltiples escenarios donde incide el debilitamiento institucional desde lo local a lo federal.

En el seminario sobre Vulnerabilidad y captura de instituciones y circuitos de gobierno. Narcotráfico, crimen organizado, institucionalidad y derechos humanos, organizado por Centro de Estudios Internacionales del Colmex, destacó que no hay una superación ni una subordinación absoluta.

Según la región y estado puede darse un escenario en donde sigue existiendo una subordinación al poder político con el respaldo o no del poder central; otro donde se gesta una correlación de fuerzas más o menos equilibrada; y otro escenario, que se da en los eslabones más débiles, en municipios, donde el poder delictivo se va a sobreponer al poder político, pero sin desplazar a la clase política, pues el oligopolio político en México es de los partidos.