Bogotá. Jesús Santrich, ex dirigente de la disuelta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue trasladado al hospital Méderi, desde la Fiscalía General, bajo una fuerte operación de seguridad, tras cortarse las venas de los brazos un día después de que fue liberado de prisión y recapturado por una acusación de narcotráfico por la cual Estados Unidos pide su extradición.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses indicó ayer en un comunicado que Seuxis Paucías Hernández Solarte, nombre real de Santrich, se encuentra examinado con heridas suturadas a nivel de miembros superiores.

Añadió que estaba en alteración del estado de conciencia y signos neurológicos positivos por lo que se solicitó su traslado la hospital para darle atención inmediata. Precisó que los médicos lo encontraron somnoliento, despertable con esfuerzo, confuso, desorientado en tiempo y espacio con lenguaje incoherente y alucinaciones visuales.

El examen médico, realizado a las 22:30 del viernes pasado, se emitió públicamente a solicitud de la fiscalía. El instituto especificó que la condición de Santrich es estable, mientras la prensa reportó que está bajo un fuerte esquema de seguridad en el Méderi para evitar que se provoque nuevas lesiones.

El ex guerrillero, que permanecía en la cárcel La Picota desde abril de 2018 en el contexto de un proceso de extradición a Estados Unidos por narcotráfico, recibió el miércoles pasado por parte de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) el beneficio de no extradición y su libertad inmediata.

La JEP, encargado de juzgar los crímenes más graves cometidos durante el conflicto armado, puso en libertad al ex negociador de las FARC ya que el Departamento de Justicia de Estados Unidos nunca remitió las pruebas solicitadas ni las actualizaciones del caso.

Poco después el Tribunal Superior de Bogotá ordenó su excarcelación, pero cuando salía de la prisión fue abordado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones para recapturarlo.

La Misión de Verificación de las Naciones Unidas y la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijeron en un comunicado que siguen de cerca este caso y llamaron a las autoridades competentes a tomar las medidas necesarias para garantizar su recuperación física.

En este contexto, el diario estadunidense The New York Times reportó ayer supuestas presiones a jefes militares de Colombia para exigir a sus tropas duplicar las bajas y capturas en combate sin exigirles perfección ni total exactitud al momento de ejecutar ataques letales.

En respuesta, el presidente Ivan Duque aseguró que su gobierno tendrá cero tolerancia con los efectivos del ejército que violen los derechos humanos y convenios internacionales humanitarios.