ste domingo la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem), la organización obrera ligada al lopezobradorismo, se sacó la espina. Después de que la Confederación de Trabajadores de México (CTM) marchó el pasado primero de mayo del brazo de Morena, los candidatos del partido del Presidente tuvieron un ruidoso y emotivo acto de campaña con la organización que dirige el senador Pedro Haces Barba.

Sobrino de Leonardo Rodríguez Alcaine, Haces Barba llegó al Senado como suplente de Germán Martínez; es decir, su arribo estuvo perfectamente planeado. Ahora está construyendo en el país una central obrera que de alguna manera sustituya a la CTM. Está convocando a los empresarios a deshacerse de los contratos de protección y de los sindicatos blancos a cambio de un trato de amigos y de un esquema de negociación laboral que evite llegar a los tribunales.

El acto con Morena fue en El Gran Hotel Tijuana, propiedad de los hermanos Bustamante, ex priístas (Carlos fue alcalde de Tijuana por ese partido) y hoy morenistas. Ahí estuvo Alfonso Bustamante, a quien Pedro Haces considera su maestro. Los Bustamante se han acercado a Morena en busca del cobijo de alguien que haga contrapeso al poder de Jorge Hank Rhon y les ayude a abrir un casino que instalaron hace un par de años en el Gran Hotel y que Hank les ha cerrado con una disputa jurídica.

En El Gran Hotel, Pedro Haces se reunió con un grupo de empresarios para prometerles que no los va a extorsionar porque no tiene necesidad, ya que viene de una familia que siempre tuvo recursos. El ex alcalde de Tlalnepantla dijo que su padre fue empresario y él es amigo de este sector y de los trabajadores.

A los empresarios les llamó la atención que Haces anunció que aquellos trabajadores que estén afiliados a la Catem tendrán una tarjeta que les garantizará atención en hospitales de los ricos en caso de emergencia. También los invitó a participar en el parlamento abierto sobre las reformas a la Ley Federal del Trabajo y a la Constitución. Uno de los puntos que desea cambiar tiene que ver con las cuotas sindicales. La última reforma dice que no es obligatorio el pago de cuotas; él propone que se mantengan en 2 por ciento del salario.