A 83 años de que se decretó como el Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como La Marquesa, ayer fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el programa de manejo para fortalecer la conservación ambiental de mil 889 hectáreas que se encuentran entre el estado de México y la capital del país.

Fue decretado como parque en 1936 y cuenta con bosques de oyamel y pino, tiene 312 especies de flora y fauna, forma parte de un corredor que se convierte en una barrera para evitar el avance de la urbanización, es parte de la región hidrológica prioritaria conocida como Cabecera del Río Lerma, en la que convergen aguas subterráneas del acuífero del valle de Toluca y ríos superficiales.

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) detalló que en ese sitio se escenificó el triunfo sobre el ejército realista por parte del ejército insurgente al mando del cura Miguel Hidalgo y Costilla.

El programa de manejo define subzonas para regular actividades humanas que se podrán llevar a cabo para la preservación, uso tradicional, uso público, asentamientos humanos y recuperación. Por ejemplo, en la destinada a preservación se permiten actividades de bajo impacto ambiental, colecta de ejemplares y manejo forestal; está prohibida la agricultura, aprovechamiento de bancos de material, construcciones e introducir especies exóticas.

En la subzona destinada al uso público de 432 hectáreas se permite la acuacultura, encender fogatas, filmaciones, investigación científica, mantenimiento de caminos, infraestructura turística, venta de alimentos y turismo.

Las finalidades del programa son favorecer la permanencia y conservación de la diversidad biológica; establecer políticas, estrategias y programas, con el fin de determinar actividades y acciones orientadas al cumplimiento de los fines de conservación, protección, restauración, capacitación, educación y recreación, de acuerdo con el documento.

Asimismo, plantea restablecer las condiciones ecológicas previas a las modificaciones causadas por las actividades humanas o fenómenos naturales, para permitir la continuidad de los procesos naturales en los ecosistemas del parque.