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Compitieron 21 países en Italia

Delegación mexicana gana 12 preseas en Mundial de Taichi
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▲ Rosa María Sánchez –con casaca roja– ganó la medalla de bronce en el Mundial realizado en Italia; a su derecha, Cynthia Morano, quien se adjudicó el oro.Foto cortesía Templo Shaolin de México AC
 
Periódico La Jornada
Martes 28 de mayo de 2019, p. a12

Rosa María Sánchez tiene alrededor de 70 años. Un día mientras caminaba por la Ciudad de México un ladrón intentó arrebatarle el bolso. Ella reaccionó por instinto, pero su cuerpo ejercitado en el taichi se comportó de manera inesperada: en un instante adoptó una postura defensiva y con un movimiento bien calculado logró retener la bolsa. Para Rosa fue una revelación, porque esta disciplina que el imaginario asocia a jubilados y adultos mayores también es un arte marcial, pero ella no había puesto en práctica su destreza.

Rosa es una de las 14 personas que integraron la delegación mexicana que participó en la quinta edición del Mundial de Taichi, avalado por los descendientes de las cinco familias que fundaron este arte marcial, y que se celebró el 25 y 26 de mayo en Selvino, Italia.

La experiencia fue sorprendente. De los 14 participantes mexicanos, la mayoría adultos mayores, 12 conquistaron medallas: una de oro, dos de plata y nueve de bronce, entre ellas la que ganó Rosa María. México fue el sexto mejor participante de 21 países que acudieron al Mundial; los primeros puestos los consiguieron, en orden descendente: China, Italia, Brasil, Francia y Bulgaria.

Reunir los fondos para viajar a Italia y permanecer durante los días de la competencia no fue sencillo. El Templo Shaolin de México AC organizó cursos, talleres y actividades para reunir dinero que permitiera a los más avanzados en la disciplina ir como representantes. Lograron apoyar con 30 por ciento de los gastos, el resto lo consiguió cada uno de los competidores por su cuenta.

No queríamos hacer filas en despachos para solicitar fondos de las autoridades deportivas de este país, cuenta Daniel Corona, director y profesor de la organización; preferimos buscar por nuestra cuenta y logramos integrar esta delegación.

Corona explica que no existe una confederación oficial de taichi. Lo más parecido que hay es una federación en China, pero el entramado burocrático en el deporte de aquel país hizo que los descendientes de las cinco familias que dieron forma a lo que hoy se conoce como taichi, cada una con su variante técnica y de estilo, convocaran a este torneo internacional.

Existe una idea muy estereotipada de este deporte, expone Corona; se piensa que es una actividad para viejitos, porque otorga beneficios a la salud, pero una vez que lo descubren quienes lo practican se dan cuenta de que ofrece demasiadas posibilidades, como arte marcial y como competencia, como los que acudieron a Italia.

Esta disciplina de movimientos armónicos y delicados, suaves y lentos, a veces de un preciosismo que raya en lo coreográfico, tiene mucho éxito por los pocos requerimientos para practicarlo. Hay grupos abundantes en plazas públicas y parques, donde se aprenden estas formas de la relajación en movimiento cruzadas de la mística del pensamiento oriental.

Pero hay algo más, y a eso se atribuye el éxito con los adultos mayores –cuenta Corona–; es que al llegar atraídos por los beneficios a la salud, que muchas veces recomiendan los médicos, se encuentran de pronto inmersos en una comunidad fraterna. No son los adultos olvidados que miran cómo pasan los días sin que nadie los visite, explica; al contrario, son personas que pertenecen a una comunidad, que tienen actividades y metas; cambia mucho su percepción de sí mismos en la sociedad.

Antes de viajar, el equipo mexicano estaba nervioso. La tensión previa a volar y competir en un país lejano se combinaba con la emoción y la vitalidad por representar a México en esa disciplina de movimientos gráciles y que es un arte marcial.