En su primera presentación como titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo Manzur se pronunció por ciudadanizar la política ambiental, al reprochar que la dependencia fue tomada por esa minoría depredadora y rapaz que hoy destruye la naturaleza y el medio en buena parte del mundo. Me refiero a las grandes corporaciones.

Durante la conferencia en Palacio Nacional, mencionó que sólo en el sexenio anterior, la Semarnat ya no fue encabezada por funcionarios capacitados y calificados, sino por mercaderes del sector automotriz y por un vendedor de autos de lujo.

En un duro discurso contra la política aplicada por gobiernos neoliberales, el colaborador de La Jornada afirmó que en ese periodo, el tema ambiental comenzó a perder aliento, se fue desdibujando y terminó en descomposición, bajos presupuestos y actos de corrupción inimaginables.

El acto de mayor desvergüenza, sostuvo, fue que la Semarnat, junto con la Secretaría de Agricultura, se puso de lado de las empresas biotecnológicas en los tribunales para detener la demanda legal que un grupo de 40 ciudadanos y varias organizaciones campesinas interpusimos contra la llegada del maíz transgénico a México.

Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador asentía con la cabeza sus planteamientos, Toledo resaltó que ahora no hay dilemas entre políticas por la vida o hacia la muerte, por lo que o defendemos la vida o continuamos aniquilándola en nombre del mercado, la tecnología, el progreso, el desarrollo, el crecimiento económico.

Llamó a rescatar la Semarnat de la inercia para ponerla al servicio de la sociedad; promover leyes contra el fracking, el maíz transgénico y otros cultivos, así como por la defensa de la biodiversidad. Se puede lograr una política de emergencia y restauración como un derecho humano esencial, acciones urgentes que permitan detener este transitar hacia el abismo.

Las miradas están puestas en 2050, cuando la humanidad alcanzará 9 mil millones de habitantes y el petróleo llegará a su fin; le van a seguir el gas, el carbón y el uranio. Y sumó las catástrofes que el cambio climático está generando.

Convocó al diálogo y planteó volcar la Semarnat hacia los ciudadanos y los colectivos. Recordó que este es un gobierno antineoliberal, sustentado por 30 millones de votos y miles de comunidades indígenas en resistencia ante proyectos depredadores, entre otros.

El país dispone de muchos especialistas para fundamentar técnicamente las decisiones y las acciones de la dependencia, dijo. Asimismo, se pronunció por armar con la Oficina de Energías Renovables un plan nacional de transición energética.

En otro orden, el presidente ratificó que ya se tiene el trámite en la Semarnat para la manifestación de impacto ambiental para la refinería de Dos Bocas, cuya primera piedra se colocará este domingo.