Jueves 30 de mayo de 2019, p. 17
Aunque la actual escala de violencia en el país ha llegado a un límite que permite hablar de la existencia de un conflicto armado interno, declararlo así implicaría el riesgo de que entren en vigor diversas reglas internacionales sobre el tema, que son más permisivas para las partes en conflicto que el marco legal de derechos humanos vigente
.
Participantes en la presentación del informe La situación de la violencia relacionada con las drogas en México, 2006-2017. ¿Es un conflicto armado no internacional?, dijeron lo anterior y analizaron el comportamiento de los grupos delictivos locales, ya que tienen el poder de amenazar al Estado, pero no les interesa destruirlo o sustituirlo.
Isabel Montoya, investigadora de la Academia de Ginebra de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos, afirmó que muchos grupos delictivos de México cumplen con varias características de los participantes en un conflicto armado interno, como el tener algunos rasgos ideológicos o de identidad particular, además de una clara estructura militar que les permite generar acciones violentas de gran escala.
La especialista alertó que reconocer legalmente dicha situación implicaría también que se aplicara en México el Derecho Internacional Humanitario (DIH), el cual no tiene un fin de protección a las personas, como el régimen de derechos humanos, pues te permite hacer la guerra
con ciertos protocolos.
Por su parte, Pablo Kalmanovitz, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas, coincidió en que el DIH es un marco legal mucho más permisivo que no prohíbe la violencia, sino que la regula, como lo comprueba el hecho de que no castiga la comisión de daños colaterales
si éstos se justifican con un criterio de ventaja militar sobre el oponente.