Viernes 31 de mayo de 2019, p. 8
Más de 40 alebrijes iluminados tomaron espacios de la Alameda Central el miércoles pasado en la segunda ocasión en que salen a la calle en el contexto de la Noche de Museos de la Ciudad de México.
Cuando sacaron las piezas del Museo de Arte Popular (MAP), a las 20 horas, en las inmediaciones unas 150 personas ya esperaban el inicio de esta actividad y casi bloquearon la calle Revillagigedo. Cada una de las cuatro tandas de alebrijes fue recibida con silbidos, aplausos y vítores.
La muestra de la actualización de los diseños artesanales, que reunió varios cientos de personas durante hora y media, tiene la idea de que no sea estática y que se reconozca el trabajo, creatividad, imaginación y destreza de los alebrijeros
, dijo Emilio Ortiz, del MAP.
Las figuras, que incluyen esqueletos, despertaron el azoro de los niños que señalaban constantemente las obras y acicateaban a sus padres para llegar al siguiente alebrije hecho con cartón y luces led, alguno con piezas metálicas.
La noche primaveral en la Alameda albergó policromáticas figuras zoomorfas que semejaban dragones, una araña, hipocampos, una jirafa, alguna iguana, peces, un tucán, un colibrí, mariposas y otras rarezas, productos de la fantasía enraizada en la tradición mexicana.
Las personas se dirigían de una pieza a la otra para ver de cerca el fasto y colorido de cada artefacto; lo rodeaban y brillaban pantallas de celulares, alebrijes y la sonrisa de los paseantes.
Adultos y niños trataban de adivinar a qué animales aludían; los relacionaban con búhos, peces, dinosaurios, dragones, armadillos, insectos, un grillo, un oso hormiguero… La mayoría de varios metros desde el pico, la trompa, el hocico, la boca los colmillos, cuernos, orejas o nariz, a la cola o los pies/patas.
Un movimiento repetido de los padres era levantar a sus niños para que pudieran ver mejor a la distancia; éstos tocaban, giraban la vista para posarla en el siguiente, el anterior, para aprehenderlos en la memoria, aun así prodigaron una distancia respetuosa.
Se pudo ver una especie de jamelgo en los huesos, aves salidas de la fantasía gozosa, un alegre tucán, el grácil colibrí, la paradójica calaca solemne y juguetona, una especie de grillo alado; también los peces pequeños y gigantes, la etérea mujer mariposa, una especie de murciélago cárdeno mirando al cielo y el orgulloso xoloescuintle.
La actividad permite que las personas se distribuyan con mayor facilidad y que se dé a conocer el trabajo de los artesanos, en la cuarta vez que salen a la calle, explicó Ortiz. Además, adelantó que continuará esta fiesta
en los meses siguientes, e informó que próximamente se dará a conocer la convocatoria para participar en el desfile de unos 200 alebrijes monumentales que se realiza cada año.
A las 21:30 horas concluyó la actividad ante la tristeza de los niños y adultos, quienes siguieron algunos alebrijes mientras se retiraban al lugar donde se resguardan.
