Ante el incremento de las temperaturas, que ha desatado incendios (otros fueron provocados), urge definir una política de manejo de fuego y no sólo centrarse en una estrategia para apagarlo.

Expertos del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), como el director Sergio Madrid Zubirán, y Enrique Jardel, especialista asociado a la agrupación, han planteado que para evitar que aumenten los incendios de muy alta severidad, el fuego debe ser manejado, no sólo suprimido, ya que estos fenómenos también son parte de la dinámica ecológica. Explicaron que un incendio de baja intensidad y controlado es una forma natural de prevenir uno de grandes proporciones en el futuro.

Una estrategia de esa naturaleza debe tomar en cuenta a los tres órdenes de gobierno y los propietarios de bosques, y debe trascender el ámbito forestal al incorporar a agricultores y ganaderos.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial de la Organización de las Naciones Unidas, ha habido cuatro años seguidos con récord de altas temperaturas y se espera que este año no sea la excepción. Además de la elevación del nivel del mar, se experimentan temperaturas terrestres y oceánicas excepcionalmente elevadas.

Esta tendencia hacia el calentamiento se inició a principios de siglo y se prevé que continúe, por lo cual los incendios pueden ser más frecuentes.

Gustavo Sánchez, dirigente de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), señaló a La Jornada que ante los efectos innegables del cambio climático, como el alargamiento de la temporada de estiaje y la demora en la llegada de las lluvias, es necesario cambiar la visión desde la que construimos una respuesta. No podemos seguir con las mismas inercias en el manejo de los ecosistemas.

Indicó que actualmente tenemos temporadas de calor mucho más largas, mientras en algunos puntos del país pueden presentarse tormentas torrenciales que arrasan en pocas horas con los suelos y deterioran los ecosistemas. Tenemos que asumir que ya no tenemos el clima que vivieron nuestros abuelos y padres y adaptarnos.

Destacó que es necesario realizar más estudios científicos para analizar el impacto del cambio climático en los distintos ecosistemas, pues de forma empírica los trabajadores del campo se dan cuenta de que las cosas están cambiando, pues donde antes había heladas ahora ya no las hay o rara vez se presentan.

Recordó la reciente contingencia en el valle de México: Por primera vez se dio un fenómeno en el que los incendios, sumados a los contaminantes atmosféricos ya existentes, generaron una crisis ambiental. Esto obliga a cambiar la política pública del sector y garantizar recursos presupuestales suficientes.