Bellinzona. Estados Unidos está preparado para entablar un diálogo con Irán sobre su programa nuclear sin condiciones previas, aunque necesita que el país actúe como una nación normal, comentó ayer Mike Pompeo, secretario estadunidense de Estado, a lo que la república islámica respondió que es necesario un cambio de actitud de Washington.

Estamos dispuestos a sentarnos a la mesa con ellos. Pero el esfuerzo estadunidense, tendiente a frenar radicalmente las actividades nefastas de la república islámica y de su fuerza revolucionaria, va a continuar, agregó Pompeo, quien el sábado participó junto con Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump, en la 67 reunión anual del grupo Bildenberg, en Montreaux, junto a 130 personalidades del mundo político y económico de Europa y Estados Unidos para abordar los desafíos mundiales.

Esta es la primera vez que la administración de Trump dice claramente que está dispuesta a iniciar el diálogo con Irán sin condiciones previas tras su retiro unilateral,en mayo de 2018, del acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Desde entonces, Washington multiplicó las sanciones económicas y las presiones militares y diplomáticas sobre Teherán.

Pompeo anunció hace un año 12 condiciones drásticas para concluir un nuevo acuerdo, con restricciones al programa nuclear iraní y un freno a las actividades regionales de Irán, pero en los últimos días Trump bajó el tono y afirmó estar dispuesto a hablar con los dirigentes iraníes.

En respuesta, su homólogo iraní, Hasan Rouhani, afirmó que las negociaciones podrían llevarse a cabo sólo si hay respeto de Washington.

En otra declaración, Rouhani manifestó que los esfuerzos de Estados Unidos por evitar que su país tenga armamento nuclear no tienen fundamento.

Por su parte, el canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, señaló en entrevista ayer con la cadena ABC que no es muy probable que Teherán acceda a mantener conversaciones con Estados Unidos en un futuro próximo, y destacó que el presidente Trump “está imponiendo presión.

Puede que esto funcione en un mercado inmobiliario, pero no en el trato con Irán, sostuvo, e insistió en que las amenazas contra Irán nunca funcionan. Prueben con el respeto. Eso sí puede servir.

En tanto, Abas Musavi, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, aseguró que Irán no negociará sin un cambio general de actitud de Washington.

El mes pasado, el Pentágono desplegó un portaviones, bombarderos B-52 y un barco de asalto anfibio en Medio Oriente, junto con mil 500 efectivos, para contrarrestar lo que Washington creía que era un plan inminente iraní para atacar posiciones estadunidenses.

El canciller suizo, Ignazio Cassis, expresó la disposición de su país a desempeñar el papel de intermediario entre Estados Unidos e Irán, pero subrayó que Suiza no puede ser mediadora si no hay voluntad de ambas partes.

Cassis también externó su preocupación por el gran sufrimiento en la república islámica provocado por las sanciones estadunidenses y apremió a Washington a identificar un canal financiero que permita a los iraníes comprar ayuda humanitaria sin ser castigados con medidas punitivas.

Pompeo no respondió a esta petición, pero rechazó la idea de que las sanciones estén causando sufrimiento al pueblo iraní.

En tanto, el bombardero B-52 y un portaviones estadunidense realizaron un ejercicio juntos el mar Arábico, informó el Pentágono.

La fuerza aérea explicó que en el ejercicio los F/A-18 Super Hornets, los helicópteros MH 60 Sea Hawk y E-2D Growlers volaron con el bombardero B-52, que simuló operaciones de ataque.

Estados Unidos comenzó en las últimas semanas a incrementar sus fuerzas en Medio Oriente en lo que el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, describió como un claro mensaje a Irán.

Los refuerzos incluyen un grupo de ataque con portaviones, misiles Patriot, bombarderos B-52 y cazas F-15, según el Departamento de Defensa.