Lunes 10 de junio de 2019, p. 22
Jartum. Las tiendas cerraron y las calles estaban desiertas ayer en la capital de Sudán, en el primer día de una huelga general convocada por líderes de las protestas para exigir la renuncia del gobernante consejo militar, y en el que 11 personas perdieron la vida durante enfrentamientos con fuerzas militares.
La Asociación de Profesionales Sudaneses (SPA, por sus siglas en inglés) pidió a la población quedarse en casa ayer, en protesta por la represión militar de la semana pasada, cuando las fuerzas de seguridad desalojaron el principal campamento de los manifestantes ante la sede del ejército en Jartum.
La asociación ha liderado durante meses protestas masivas que llevaron a la destitución en abril del ex presidente Omar al Bashir, y ha hecho llamados a la población para que mantenga las protestas hasta que se entregue el poder a los civiles.
Suleman Abdul Yabar, subsecretario del Ministerio de Salud, informó que 11 personas murieron ayer en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, y aseguró que los inconformes portaban cuchillos y otras armas ligeras.
Más de 100 personas han muerto desde que comenzó la represión el lunes pasado, según cifras de los manifestantes.
El movimiento de desobediencia civil busca paralizar la vida cotidiana para forzar a los militares a entregar el poder a los civiles. El ejército destituyó en abril a Al Bashir tras cuatro meses de protestas masivas, pero ha rechazado las exigencias de los activistas de que se complete un cambio inmediato a un gobierno civil, y en su lugar defiende un acuerdo de transición en el que se comparta el poder.
Los manifestantes han acusado a las Fuerzas Rápidas de Apoyo –que comenzaron como las milicias Janjaweed utilizadas por Al Bashir en el conflicto de Darfur a principios de la década de 2000– de liderar la campaña de represión a la población civil. La SPA ha pedido su disolución.