Peligra el T-MEC
a firma del nuevo tratado comercial de Norteamérica (T-MEC) no asegura que se respete el convenio. Donald Trump ya encontró la forma de presionar a México y en cualquier momento nos volverá a amenazar con la aplicación de nuevos aranceles si no cumplimos sus caprichos. En teoría, un tratado internacional tiene como función generar certidumbre, pero eso es punto muerto con el ocupante de la Casa Blanca cuando señala que por seguridad nacional
todo se vale.
Como la prioridad del presidente de Estados Unidos es su relección y no respeta ley alguna, toma decisiones personales que afectan a terceros, incluyendo a consumidores y empresarios de su propio país y, por supuesto, a los mexicanos.
Además, para que se apruebe el T-MEC falta el visto bueno del Partido Demócrata, el cual no quiere dejar el campo libre a Trump antes de las elecciones de noviembre del año próximo. Lo que le interesa a los demócratas es poner piedras en el camino al presidente, con el objetivo de restarle fuerza política.
La incertidumbre generada por los vaivenes en la relación comercial con Estados Unidos generará problemas en nuestro país, debido a que no hay la mínima garantía para realizar nuevas inversiones. Piense usted, por ejemplo, en una planta automotriz en la que un alza de aranceles de 5 o 10 por ciento genera un incremento en los precios de los automóviles en Estados Unidos, lo que ocasiona la caída de las ventas. Es por eso que en estos momentos las armadoras frenan sus proyectos en México.
Para colmo de males, no se ve una salida fácil a este círculo vicioso. Mientras no exista una medida de presión para contrarrestar los arranques de Trump seguiremos a expensas de sus berrinches. Además, por las regulaciones que el Senado de México aprobó en relación con el T-MEC no tenemos la opción de formalizar nuevas alianzas comerciales con otras naciones sin el visto bueno de Estados Unidos y Canadá.
Es muy probable que Trump utilice el tema de los aranceles no sólo en materia de migración, como ya lo hizo, sino en otros asuntos, como el del control del tráfico de drogas o la corrupción. Sin duda es necesario actuar en esos campos, pero son decisiones que nuestro país debe tomar de manera independiente y soberana.