París. Las victorias ayer de Italia y de Holanda, ante China y Japón, respectivamente, cerraron la ronda de octavos de final del Mundial femenino Francia 2019. En cuartos, el duelo entre la anfitriona Francia y la vigente campeona Estados Unidos se postula como una final anticipada.

Los enfrentamientos de cuartos se inician el jueves con el partido Noruega-Inglaterra, el viernes será el turno de Francia ante el equipo de las barras y las estrellas. El sábado habrá doble cartelera: Italia enfrentará al equipo holandés y las alemanas pelearán un boleto a semifinales ante las suecas.

La selección femenina de Italia quiere hacer historia. Las Azzurre lograron, casi 30 años más tarde, por segunda vez clasificar a cuartos de final de un Mundial tras derrotar en Montpellier a China por 2-0.

“Teníamos un poco la misión de dar a conocer el futbol femenino a los italianos, hacer que sea apreciado, mostrar lo bonito que es el futbol jugado por las chicas. Pienso que esta Nazionale ha cambiado de verdad el balompié italiano”, afirmó al término del partido la seleccionadora, Milena Bertolini.

Los tantos de Valentina Giacinti al minuto 15, en un contragolpe, y Aurora Galli a los 49 de acción, con un disparo lejano, permitieron a las italianas avanzar a cuartos.

Las Azzurre ganaron a la italiana, oportunistas y perfectamente dirigidas tácticamente por su seleccionadora Bertolini, marcando en los momentos precisos, pese a ser dominadas físicamente por las veloces asiáticas.

China, que siempre había alcanzado al menos los cuartos de final en sus seis participaciones anteriores, siendo semifinalista en 1995 y subcampeón en 1999, se despide esta vez en octavos.

En Rennes, donde un reducido grupo de policías holandeses acompaña y protege a la afición y al equipo oranje en el Mundial, un penal anotado por Lieke Martens en el minuto 90 permitió a Holanda ganar 2-1 a Japón, con dos tantos de la jugadora del Barcelona, y clasificar al conjunto tulipán a la siguiente fase.

Martens adelantó a Holanda en el minuto 17 con un gol de taconcito, antes de que Japón empatara en el minuto 43 por medio de Yui Hasegawa, quien elevó el balón ante la salida de la portera Sari van Veenendaal, tras un pase de Mana Iwabuchi.

Cuando más atacaban las niponas, que crearon múltiples ocasiones, una mano en el área de su estrella Saki Kumagai hizo a las europeas ganar el partido.

Un cruel final para el equipo japonés, que arrasó a su rival en la última media hora de partido, con un disparo al larguero incluido y varias buenas intervenciones de la portera y defensa holandesas.

Triste adiós en este Mundial para un equipo asiático campeón del mundo en Alemania 2011 y finalista hace cuatro años en Canadá.