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LAS FRONTERAS

Ahogados en el Río Bravo

Recibe Tania Ávalos los féretros de su hija y su esposo

El deseo de la viuda fue llevar a sus familiares a su tierra natal de El Salvador // Un vuelo trasladaría los cuerpos de Matamoros, Tamaulipas, a Nuevo León, Monterrey

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 27 de junio de 2019, p. 4

Matamoros, Tamps., Los cuerpos de los migrantes salvadoreños Óscar Alberto Martínez Ramírez y de su hija Valeria, que se ahogaron en el río Bravo el domingo pasado, fueron entregados a sus familiares para que los trasladen a su tierra natal y les den sepultura.

Enrique Maciel, delegado del Instituto Tamaulipeco del Migrante indicó que la voluntad de Tania Vanessa Ávalos, la viuda de Óscar, es trasladar a El Salvador el cuerpo de su esposo e hija de 23 meses que perecieron cuando intentaban ingresar a Estados Unidos.

La Procuraduría de Justicia de Tamaulipas entregó los cuerpos a la madre de familia, mismos que retiró del anfiteatro de Matamoros. Luego, en una carroza, los cuerpos fueron llevados hacia la funeraria Ramírez, para ser trasladados este mismo miércoles a Monterrey, Nuevo León, y de allí tomar un vuelo director a San Salvador.

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▲ Tania Vanessa Ávalos hizo en Matamoros, Tamaulipas los trámites para llevarse los féretros a su país.Foto Ap

Procedentes de Tapachula, Chiapas, donde consiguió visas humanitarias para transitar por México de manera legal, la familia llegó a Matamoros el domingo pasado.

Por ser día de descanso, encontró cerrado el módulo para solicitud de asilo político en Estados Unidos.

Los tres comenzaron a caminar sobre el bordo del río Bravo hasta llegar a un punto donde Óscar decidió internarse al país vecino, tomó en brazos a su hija y se metió al agua hasta alcanzar la otra orilla, donde dejó a la menor.

Luego regresó por Tania Vanessa, pero apenas había avanzado cuando la niña se lanzó detrás de él por lo que se regresó por ella; fue entonces que sobrevino una corriente de la que ya no pudieron salir, contó la esposa.

Fue el lunes cuando los cuerpos flotaron a unos 300 metros de donde se sumergieron ante la mirada de Tania Vanesa.