En materia de movilidad, el uso de la bicicleta se convierte cada vez más en una opción de transporte no contaminante en la ciudades de todo el mundo. No obstante, en México –aunque en diversas urbes se ha dado impulso a su uso y se ha establecido infraestructura para ello– entre 2011 y 2017 la inversión en el rubro decreció.

En términos de infraestructura ciclista, en las 30 ciudades más grandes del país se cuenta con un registro nacional de 477 kilómetros construidos, equivalentes a apenas 0.8 kilómetros por cada 100 mil habitantes, de los cuales 20 por ciento corresponden a ciclovía unidireccional, 20 por ciento a ciclocarriles, 58 por ciento a ciclovía bidireccional y 2 por ciento a carril compartido entre bicicleta y transporte público.

En el estudio Ranking ciclociudades, una evaluación de movilidad en bicicleta en ciudades mexicanas, realizado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, sección México, con apoyo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y de Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable, se establece que cada vez con mayor frecuencia la bicicleta se posiciona como un tema clave en la construcción de ciudades más equitativas y sustentables.

Por ello, la medición del avance de la política de movilidad en bicicleta es fundamental para trazar un camino común y lograr que dicha política se sustente en evidencias.

En el análisis se estudian 25 urbes del país, entre ellas Ensenada, Irapuato, León, Mazatlán, Tepic, Ciudad de México, Zapopan, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Querétaro, se establece que la bicicleta es fundamental en la transición hacia una movilidad urbana sostenible. Sin embargo, la medición de su avance e inclusión efectiva en la política pública urbana ha demostrado ser un desafío para muchas organizaciones y gobiernos.

Se indica que la principal fuente de recursos para financiar proyectos urbanos en México son los fondos federales y que en el periodo de 2011 a 2017 los porcentajes del presupuesto total de movilidad destinados a favorecer el uso de la bicicleta evidenciaron la falta de una política clara y constante en las ciudades mexicanas.

El monto total de inversión en las 59 zonas metropolitanas del país tuvo una disminución considerable a lo largo de los pasados seis años, aunque tuvo un incremento en 2017.

En términos reales el monto total de inversión disminuyó en seis por ciento entre 2011 y 2017, pasando de 95 mil 751 millones de pesos a 89 mil 673 millones; la reducción más significativa de montos totales ejercidos se dio de 2012 a 2013. Cuando se observa el monto invertido en movilidad, destaca su reducción constante a lo largo de todo el periodo.

Para lograr concretar estos esfuerzos en proyectos tangibles que mejoren los entornos ciclistas, el estudio recomienda asignar presupuesto constante, así como dar seguimiento al financiamiento recibido y a su distribución.

Otro aspecto que se aborda es la seguridad vial: se especifica que para promover el uso de la bicicleta es necesario garantizar condiciones de seguridad que prevengan muertes y lesiones graves causadas por el tránsito.

Indica que en 2016 fallecieron 16 mil 185 personas por esta causa en el país, de las cuales 1.9 por ciento fueron ciclistas, pero se estima que esa cifra no muestra la realidad debido al subregistro de siniestros de tránsito.