El Servicio Sismológico Nacional (SSN) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) coincidieron en que una de las causas que podría haber detonado la reciente actividad sísmica en la cuenca de la Ciudad de México es la reactivación de antiguas fallas, aunque no descartan la posibilidad de que tensiones en el subsuelo causadas por hundimientos hayan tenido un impacto que, aunque no los origina, sí puede ser un factor que los dispare.

Luego de los ocho sismos con epicentro en la Ciudad de México entre el 12 y el 16 de julio con magnitudes de 2 y 2.5, el SSN, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México, sostuvo que la actividad originada en la zona es poco numerosa y de baja intensidad.

Estos fenómenos no son nuevos. En 2018, por ejemplo, se contabilizaron 18 con epicentro en Álvaro Obregón y en Miguel Hidalgo.

La CNPC, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Portección Ciudadana (SSPC), señaló que los movimientos son derivados de la compleja geología y tectónica existente. Por ello, no es de extrañarse la ocurrencia de sismos de baja intensidad, agregó el SSN.

Otra de las hipótesis que analiza el SSN es que los grandes sismos generados en la costa pudieran dar lugar a condiciones de desequilibrio y desencadenar sismos locales.

Al respecto, en conferencia de prensa, acompañados de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, expertos en geología aclararon que los microsismos se deben a la activación de fallas geológicas y no a la construcción de la línea 12 del Metro o por la extracción del acuífero. Gerardo Suárez, del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que los microsismos se han registrado a profundidades de tres kilómetros bajo la superficie de la ciudad, mientras el punto más profundo de la línea 12 está a 40 metros.

Por separado, Luis Quintanar, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, informó que hasta el momento han ocurrido 16 microsismos en la ciudad. El primero se registró el 12 de julio y el mayor de ellos el 16, con magnitud preliminar de tres.

De acuerdo con el científico, los recientes microsismos pueden estar asociados a la reactivación de una cadena de fallas existentes en diferentes puntos de la ciudad, en particular en la zona poniente.

Recordó que en la Ciudad de México se presenta constantemente sismicidad aislada de magnitud baja que no sobrepasa 3.5.

Precisó que lo que no es tan común es que está sismicidad se presente en forma de enjambre o secuencia, cómo la que hemos tenido; sin embargo, no es una cosa extraordinaria, pues ya se ha presentado en otras épocas, como en 1980, cuando hubo una secuencia de 11 sismos en el poniente de la capital, similar a la ocurrida en esta ocasión.