Lunes 22 de julio de 2019, p. 33
Un estudio realizado en la UNAM comprobó que el vientre materno y la placenta no pueden proteger a los bebés de la exposición a partículas contaminantes PM2.5 (2.5 micras). Incluso, muestra que éstos reciben el impacto de la contaminación de manera más intensa que las madres.
María Eugenia Gonsebatt Bonaparte, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, explicó que la investigación –publicada en la revista Environmental and Molecular Mutagenesis– encontró en sangre del cordón umbilical de recién nacidos moléculas que han sido relacionadas con el desarrollo de mutaciones celulares y, potencialmente, cáncer.
El estudio vinculó el incremento de esos indicadores de daño con el aumento de partículas contaminantes, pues debido a su tamaño, las PM2.5 entran al torrente sanguíneo y distribuyen por todo el cuerpo los elementos que las conforman, dijo.
Algunos de estos compuestos, explicó, se unen al ADN y generan aductos que inducen alteraciones asociadas con enfermedades respiratorias y mutaciones celulares, potencialmente carcinógenas, subrayó la experta en genética y medio ambiente.
Descubrir el aumento de aductos y micronúcleos en la población y comprobar su asociación con las partículas contaminantes, sugiere que los recién nacidos expuestos tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud a futuro, que los que no lo están, concluyó la académica.