Idlib. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció ayer que abrirá una investigación por los ataques que han sufrido instalaciones médicas que operan con su apoyo en la provincia de Idlib, durante las ofensivas del ejército sirio contra rebeldes.

En tanto, el gobierno de Bashar al Assad aceptó un alto el fuego en Idlib, que comenzaría anoche, a condición de que el acuerdo de distensión concluido en septiembre de 2018 entre Rusia y Turquía sea aplicado, indicó una fuente militar a la agencia estatal de noticias Sana.

Al menos dos tercios del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pidieron a Guterres indagar los ataques contra las instalaciones médicas en el noroeste sirio.

Un comité investigará los hechos detrás de estos incidentes e informará al secretario general de la ONU, António Guterres, una vez completada su labor, afirmó el portavoz Stéphane Dujarric.

Fuentes diplomáticas detallaron a la agencia Reuters que los países que apoyaron el llamado de Guterres a cooperar en esta pesquisa son Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Indonesia, Kuwait, Perú, Polonia, Reino Unido y República Dominicana.

El ejército de Siria, respaldado por Rusia, inició en abril una ofensiva contra Idlib, la única provincia que continúa en manos rebeldes controlada por varios grupos armados, el más importante de los cuales es Hayat Tahrir al Sham (HTS), vinculado a Al Qaeda. Los combates aquí han dejado 450 civiles muertos y más de 440 mil desplazados.

El enviado de Siria ante la ONU, Bashar al Yaafari, sostuvo el 16 de julio que 119 hospitales y centros médicos han quedado fuera de servicio desde que fueron tomados por grupos terroristas.

Desde hace tres meses, el gobierno sirio, apoyado por la fuerza aérea rusa, bombardea casi sin tregua Idlib.

En septiembre de 2018 Ankara y Moscú acordaron la creación de una zona desmilitarizada que separara los territorios insurgentes (apoyados por Turquía) de los controlados por el gobierno sirio.