Sábado 3 de agosto de 2019, p. 26
La agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra contribuyen con cerca de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), por ello se requiere de una transformación radical
del uso del suelo, consideró el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
La organización internacional precisó que el 8 de agosto, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, durante su 50 sesión, publicará un informe especial sobre la relación entre el cambio climático y el uso del suelo, estudio que debería proporcionar una evaluación sólida e integrada acerca de cómo la acción en este sector puede ayudar a reducir las emisiones de GEI.
Ante lo que revele el Informe Especial sobre Cambio Climático y Tierra, los gobiernos deben reconocer que sin una modificación radical del uso del suelo y de los sistemas alimentarios, no se podrá prevenir la crisis climática.
WWF sostuvo que el referido informe brindará a los gobiernos la información científica y política más actualizada para que puedan incrementar sus compromisos de acción climática adquiridos en el Acuerdo de París.
Las iniciativas relacionadas con la tierra, ya sea para reducir las emisiones por la deforestación y la degradación de los bosques o mejorar las prácticas agrícolas, representan, actualmente, hasta una cuarta parte de las acciones climáticas prometidas para 2030.
Por esa razón, WWF exhortó a abordar de forma integrada tanto las emisiones como las remociones (sumideros) asociados a usos y cambios en los usos de suelo.
Subrayó que el informe también debería resaltar el vínculo existente entre la crisis climática y la pérdida de biodiversidad y remarcó que un cambio hacia la gestión sostenible del suelo y las soluciones basadas en la naturaleza serán fundamentales para garantizar un futuro seguro para el clima, así como contribuir a otros objetivos sociales como detener la pérdida de la naturaleza y brindar seguridad alimentaria.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha insistido en contar con una agricultura sostenible y resiliente
a fin de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, la región contribuye con menos de 10 por ciento del total de emisiones de GEI. No obstante, la agricultura contribuye significativamente a esta porción en la región, 23 por ciento, sumado al 19 por ciento de emisiones relativas a cambio de uso del suelo y silvicultura.
A la par, la agricultura es particularmente vulnerable al cambio climático y sus efectos negativos, y la creciente escasez y degradación de los recursos naturales acentúan este contexto.