oca presentación requiere la islandesa Björk Gudmundsdóttir (mejor conocida como sólo Björk), al tratarse de una de las artistas contemporáneas más completas de las últimas tres décadas, quien a sus 53 años ha transitado desde que era niña (canta profesionalmente desde los once años) por el punk, el jazz, y sobre todo por la música electrónica, vertiente en la que por mucho tiempo (sobre todo en los años 90 y la primera década de los dosmiles) fue considerada como una de las más destacadas exponentes de la vanguardia comercial, capaz de lograr un equilibrio entre los sonidos de avanzada y el despliegue pop, accesible a las grandes audiencias, gracias a su don para conciliar con los mejores productores del género de cada época. Y si bien en sus últimos cuatro álbumes ha tendido a repetirse (Volta, 2007; Biophilia, 2011; Vulnicura, 2015; Utopia, 2017), el legado que ha dejado con Debut (1993), Post (1995), y sobre todo con los tremendos Homogenic (1997), Vespertine (2001) y el gran Medúlla (2004), su obra es ya indeleble dentro de la historia musical reciente, al proyectar un universo único y personal: la fantasía visual y sonora, la originalidad tímbrica tanto en arreglos e instrumentación, y una potente e inconfundible voz élfica, son los rasgos que le definen, además de estar regularmente vinculada con artistas plásticos, cineastas, diseñadores de moda, de forma que su obra es usualmente multidisciplinaria, amén de que lo que presenta en vivo es siempre cambiante, respecto de lo que se oye en las grabaciones.

Y justamente, gran muestra de lo que Björk puede alcanzar a desarrollar, es Cornucopia, el espectáculo sonoro y visual más ambicioso de la artista a la fecha, el cual sólo ha sido presentado en Nueva York en junio pasado, antes de ser traído a México, en una pequeña temporada que inicia mañana sábado. Se trata de un montaje de Teatro digital, a decir de la misma islandesa, dirigido por la cineasta argentina Lucrecia Martel, con visuales de Tobias Gremmler y diseño escénico de Chiara Stephenson, en el cual desarrolla, con deslumbrantes escenarios virtuales y copioso vestuario de soporte, muchas de las canciones del citado Utopia, además de ofrecer con arreglos distintos, temas clásicos de su discografía. Musicalmente, sobre beats electrónicos son ejecutados diversos instrumentos orquestales, entre los que destacan flautas, arpas y percusiones, así como un conjunto coral (para lo cual invitará a un ensamble mexicano, aunque no ha revelado cuál). A decir de aquélla, se trata de arrancar de lo digital dicho álbum para volverlo más orgánico: una combinación sónica que viene efectuando hace décadas, aquí con una realización más cercana a la dinámica teatral que a la de un concierto convencional.

En cuanto a contenido, Cornucopia, símbolo de prosperidad y abundancia, fue elegido como tema, pues buscó dar un mensaje luminoso en contra del desastre ambiental actual: “La solución al cambio climático es una idea utópica, pero debemos comenzar de alguna forma. Pensé en dar un mensaje de aliento, de recuperación alegre, no pesimista. También lo llamé así porque ofrece un sonido de celebración (de hecho, la imagen del show es ella misma tocando la flauta, con una máscara animal, a manera de fauno).

Y si bien una de las mayores quejas en torno a este acto en México ha sido lo elevado de sus precios (de $1766 a $10 mil 730), ella justifica que es así debido a que tardó seis años preparándolo, checando cada animación, cada mensaje para cada pantalla, con su respectiva sincronía; mezclando cerca de 50 sonidos a la vez, encerrada por meses en un estudio: hay mucho trabajo detrás y transportar pantallas es muy costoso.

El show Cornucopia de Björk se presenta los días 17, 20, 23 y 27 de agosto, con los precios ya citados. Habrá un show más el día 30, con una entrada general más accesible: $1275 y $1645. Parque Bicentenario CDMX (Av. 5 de Mayo 290, San Lorenzo Tlaltenango), 20 horas.

Vince Clarke

Sábado 17. 1. Vince Clarke en Dj set: sesión synth-raver para escuchar lo que trae en la cabeza uno de los artífices del primer Depeche Mode y de bandas como Yazoo e Erasure, entre otras de electrónica de los años 80. Antes, serán proyectados los documentales Synth Britannia e Industrial Revolution: Depeche Mode. Pasagüero (Motolinia 33, Centro), 20 horas, $350.

Twitter: patipenaloza