Lunes 19 de agosto de 2019, p. a11
Montreal. La canadiense Melodie Rousseau es actriz de día, pero por la noche se convierte en hombre y sube a los escenarios cabareteros de Montreal como drag king.
Para ella y otros que buscan salir de la sombra de las más conocidas drag queens, esta conversión no sólo es una expresión artística; es casi una declaración política.
Rousseau, de 33 años, necesita dos horas y media para ponerse en la piel de su personaje masculino, apodado Rock Biere.
Con una brocha de maquillaje, dibuja en su rostro delgado las cejas y los contornos que definen a su álter ego.
Se trata de borrar a la mujer para crear este hombre viril
, expresa con una sonrisa.
Poco a poco, la mandíbula más masculina de Rock Biere emerge. Rousseau se aplasta los senos y crea unos abdominales definidos. Se pega pelo falso en el pecho y la barbilla.
Mientras las drag queens ya han logrado instalarse en el mundo del espectáculo, los drag kings todavía están fuera del radar.
Rousseau dirigía un café y trabajaba como actriz en su compañía de teatro cuando Rock Biere se volvió parte de su vida, el año pasado.
Al principio no estaba interesada, pero su novia la forzó
, señala.
Por supuesto, hay un aspecto político en todo esto, que una mujer adopte una personalidad masculina
, agrega la actriz. Es un poco peligroso para una mujer atreverse a adoptar el físico del sexo dominante
.
Para el sociólogo David Risse, director del Centro de Investigación de Diversidad y Actividades Culturales en Montreal, el acto de ser drag king es una declaración: es empoderamiento
.
Las mujeres involucradas se están reapropiando de todo un género (...) y lo están haciendo en sus propios términos
, agrega.
Rousseau cuenta que trabaja en una crítica, incluso una parodia, de los hombres
.
Admite que tuvo que superar sus propios miedos para ingresar al mundo del performance. Le preocupaba cómo la juzgarían el público y sus seres queridos, y le inquietaba ser una chica en el mundo de un hombre
.