Duncan Maiyo gana en la rama varonil
Competidores africanos de élite copan los podios // Se estrena distinción de la IAAF
Lunes 26 de agosto de 2019, p. 2
Apenas cruzó la meta, Vivian Kiplagat se persignó, dio unos pasos desorientada, tambaleante y parecía que iba a caer. Dos edecanes le dieron una toalla sin prestarle ayuda y por el altavoz ordenaron auxiliar a la ganadora del Maratón de la Ciudad de México.
Como pudo, la keniana siguió de pie para que metros adelante terminara sentada en el suelo tras el esfuerzo realizado por romper la marca de la prueba, como lo había prometido, al ser parte del grupo de corredores extranjeros Etiqueta Oro, la distinción que se estrenó ayer en la edición 37 del certamen certificado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés).
Kiplagat conquistó la prueba con tiempo de 2:33.27 horas para superar por casi cuatro minutos la marca que pertenecía a la peruana Gladys Tejeda, establecida hace dos años. Cuando se dio a conocer su proeza, el público, que atestiguó su llegada en la tribuna frente a Palacio Nacional, donde estaba la meta, estalló en aplausos con la imagen de la keniana, ya recuperada, que sonreía ante las pantallas al saberse ganadora del doble premio que le dejó un millón 100 mil pesos por el primer lugar y récord.
Lejos de su crono personal y con el título del maratón de Milán de abril pasado, Kiplagat esperó el momento para alejarse del grupo compacto de diez corredoras; ahí estaba la mexicana Saraí Pérez, quien se puso al frente desde la salida en Insurgentes Sur, a la altura del estadio Olímpico de Ciudad Universitaria y la Biblioteca Central de la UNAM.
Las africanas cazaron a Saraí. La mexicana comenzó a rezagarse hasta que quedaron seis, aunque el duelo se dio más entre Vivian y su compatriota Paskalia Kipkoech, quien al final arribó en segunda posición, con 2:34.07, seguida de otra keniana, Pamela Rotich, 2:38.14, mientras Luisa Nicandra Peña fue la local mejor ubicada con el octavo puesto, 3.01.21.
Sin embargo, la atención estaba más en los varones, seguidos por dos BMW nuevos, uno de los cuales llevaba el reloj electrónico, y varios motociclistas que escoltaban al osado keniano Matthew Kisorio, quien marcó un ritmo impresionante y por varios kilómetros corrió solo mirando insistentemente el reloj que traía en la muñeca, en su afán por romper el récord, pues el medio maratón lo registró con 1:04.01 a la altura del Auditorio Nacional.
Más adelante sería sorprendido por su compatriota Duncan Maiyo, que lo rebasó. Kisorio comenzóa quedarse atrás y finalmente abandonó en el kilómetro 36.
Maiyo se notaba cansado, pero tuvo energía para ganar en 2:12.50 horas. También puso los nervios de punta, antes de llegar a la meta al seguir al motociclista que lo venía escoltando y salía de las vallas metálicas.
Titubeó, bajó el paso sin detenerse y se enfiló a la meta precedido del etíope Girmay Birhanu, 2:16.14, y de Amanuel Mesel, de Eritrea, 2:16.28, en tanto que el mexicano Óscar Fernando Crisóstomo fue octavo, 2:24.00. Los tres ocupantes del podio, en sus dos ramas, forman parte de los 18 extranjeros Etiqueta Oro que dieron realce a la prueba para estrenarse con la distinción que le concedió la IAAF.
La categoría de silla de ruedas abrió la competencia, en la que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a temprana hora, hizo sonar la chicharra de salida en Ciudad Universitaria sobre Insurgentes Sur.
El colombiano Francisco Sanclemente ganó la prueba, con 1:38.03, en un cierre espectacular con el mexicano Alfonso Zaragoza. El tercer puesto lo ocupó Fernando Sánchez, 1:41.55.
La anfitriona Ivonne Reyes logró su quinto título y mejoró su propio récord para dejarlo en 2:07.46, aunque el año pasado la ruta fue en ascenso hacia Ciudad Universitaria.
Alicia Ibarra, 2:25.13, y Micaela Eugenio, 2:37.55, terminaron segunda y tercera, respectivamente.
En categorías especiales invidentes ganaron Rubicel Hernández, 3:14.03, y María de los Ángeles Herrera, con 3:46.20.
No era la participación numerosa que se esperaba, pero los competidores disfrutaron del trayecto porque mejoraron sus marcas; algunos corrían con celulares para tomarse la selfi o eran acompañados de palabras de aliento y porras del público en algunos puntos estratégicos del trayecto.